45 días de carcel o liberación materna
La señora juez (alguien me corregirá y dirá que procede jueza) del Juzgado de lo Penal nº 3 de Jaén, dictó sentencia condenando a María Saliente A.M. a 45 días de cárcel y a una orden de alejamiento no inferior a 500 metros y por un período de un año, de su hijo de diez años, al que considera probado que agredió. Los hechos que reconoció la mujer fueron los siguientes: El niño engañó a su madre con los deberes, lo que provocó la regañina materna, este le tiró una zapatilla (en la sentencia no indica si acertó con alguna zona del cuerpo de María Saliente) y se encerró en el baño, según la noticia de prensa la señora juez reconoce en la sentencia que el menos tiene un carácter conflictivo y rebelde. La progenitora, con la habilidad propia de su condición, abrió la puerta lo que provocó la caída de su hijo, lo cogió por el cuello y le dio una bofetada con tan mala suerte que éste se golpeó contra el lavabo con la nariz y comenzando a sangrar. Y tiene que darse por satisfecha, el Fiscal pedía nueve meses de cárcel. Menos mal que la Magistrado apreció atenuantes.
La desgraciada no sospechó lo que se le venía encima : Un profesor pusilánime detecta restos de la hemorragia nasal e inquiere al niño el motivo de tal desaguisado, al explicar el menor el incidente doméstico, corre presto a un centro de salud, donde una doctora escrupulosa con su deber (se supone que sin hijos, ya que en caso contrario no hubiera actuado como lo hizo), cumplimenta un parte de lesiones por maltrato, el resultado ya lo conocemos, una juez que dicta la sentencia mencionada en la cual llega a reconocer que Las discusiones con los hijos por los deberes o por el acatamiento de normas, por su frecuencia en cualquier familia, no pueden producir, por sí mismos, un estado mental que anule las facultades intelectivas y volitivas de los padres. Esta no ha sufrido los acosos, berrinches, caprichos y desmanes de un menor ni por asombro.
Ante esto estoy meditando instalar una academia para enseñar a los padres a realizar carambolas: cuello, bofetada y lavabo. Una bicoca, oigan, un auténtico chollo. Una vez doctorados en la precisa jugada del billar con la cabeza del menor, solo nos queda un viaje a Jaén, encontrarnos con un profesor idiota o un meapilas y a disfrutas de un año alejado de sobresaltos, de disgustos, de irritaciones, de riesgos de infartos; un año de paz, de tranquilidad, de disfrutar de cine, teatro, cenas románticas, copas relajadas, de charlas con los amigos, vamos el edén.
Aquí hemos pasado en treinta años de vivir bajo el bigote del vicetiple (bueno luego tuvimos otro tejano) a cogérnosla con papel de fumar. Una bofetada a tiempo, sin la desgracia de la carambola, evita mil problemas. No conozco a ninguna persona de mi generación o siguiente que esté traumatizado por recibir un cachete ante una inadaptación a las normas paternas y en cambio si conozco muchos casos de jóvenes rebeldes y conflictivos, como el de Jaén, motivado por la falta de autoridad de sus progenitores y por ende de profesores.
Si los progenitores no tienen derecho a educar a sus hijos, enseñándoles que donde hay patrón no manda marinero, estamos condenados a sufrir la mala educación, en muchos casos nula, de jóvenes que no respetan ni a sus propios padres.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo