Beto
Siempre se dijo que lo peor que le puede pasar a unos padres es haber perdido a un hijo. Y doy fe de que es cierto.
Hace unos meses que esa montaña a la que tanto amabas te llevó para siempre.
Se hace muy difícil el día a día, ya que dejaste un vacío que no se puede llenar más que con tus recuerdos.
Dar las gracias a todos los que nos apoyasteis y seguís haciéndolo en estos momentos. Gracias al grupo de rescate de montaña, a los amigos, esos que os emocionáis y no paráis de elogiarlo al hablar de él; a Edu, sabes que tienes aquí a Pico esperándote para hacer un “puño contra puño”; a las familias por ambas partes: esos abuelos que quedaron destrozados y esas tías que ya no saben qué hacer para que esto se nos haga más llevadero.
Y a ti, Evelyn, gracias por estos años que estuviste con él, ya sabes que aquí nos tienes.
Y tú, nuestro Betiño, dejaste una huella muy grande en todos nosotros, que sepas que como hijo y como hermano fuiste excepcional. Nada volverá a ser lo mismo sin ti. Se te echa mucho de menos.
Siempre serás nuestro guerrero n.º 13.
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