Yo no sé de ratios
Hola, me llamo Pablo y tengo 20 meses, mis papás trabajan fuera de casa y desde que tengo 5 meses me han llevado a la Escuela Infantil Dolores Medio. Alguna vez les he oído decir que la escuela es una medida conciliadora ¿qué significará esa palabra? El caso es que me paso en la escuela 8 horas diarias. Si consideramos que otras 12 estoy durmiendo, paso más horas en la escuela que en ningún otro lugar. Se podría decir que es mi segundo hogar.
En este hogar juego, exploro, descubro, lloro, río, siento, grito, duermo, como, me enfado, me olvido, me relaciono, crezco, vivo, en definitiva, desarrollo toda mi personalidad, que dicen los entendidos se fragua en los primeros años de vida.
Y todo esto lo hago gracias a la entrega y vocación de las educadoras, a las estupendas instalaciones de la Escuela y a la gran capacidad que tenemos los niños de aprender si se nos estimula y se nos quiere.
Pero de un tiempo para acá, no sé cuándo empezó, todo se ha ido deteriorando, no sé si es que somos más niños que antes o es que faltan educadoras. Y por deterioro me refiero a menos atención, más prisas, más agrupamientos en momentos en que antes no había, menos tiempo con nuestra pareja pedagógica (que son nuestras mamás y papás suplentes) ¡Por favor, necesitamos esa pareja a jornada completa, son nuestra referencia, lo son todo para nosotros!
Señores jefes, directores y mandamases: no me habléis de ratios, soy muy pequeño y todavía no he desarrollado el pensamiento lógico, siempre oigo que somos el futuro, que hay que cuidar de la primera infancia.
Les pido, les grito (me cuesta hablar bajito) que no nos ninguneen y que pongan a las Escuelas Infantiles en el lugar que se merecen: dentro de la Consejería de Educación y no en fórmulas extrañas llamadas Consorcio. Le pido a la directora de mi escuela, como a mis papás, que defiendan mis intereses, que son los de todos los que creen en un futuro mejor y en una enseñanza de calidad con calidez.
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