La misma ciudad, ciudadanos distintos
Voy a contar lo que me pasó el viernes día 7-08-09 a las 18.30 horas.
Fuí a la calle Padre Aller de Oviedo a recoger a un amigo para llevarlo al médico, persona con problemas para caminar. Al regreso, para acompañarlo a su casa, dejé el coche en carga y descarga, ya que no hay dónde aparcar. Subí a mi amigo a su domicilio y cuando bajo suuestamente la grúa se había llevado mi coche, ya que no dejaron ninguna marca de retirada del mismo. Mi sorpresa e indignación es que cuando estoy esperando un taxi, y vuelve la grúa al mismo sitio, ya estaban estacionados allí otros dos coches y pasó de largo. Me pregunto, sin encontrar respuesta, ¿es que hay tropa y clases de tropa?
Otro ejemplo: a las 16.30 horas, en la Avenida de Torrelavega, estaba mal estacionado un Audi rojo y cuando se disponían a llevarlo apareció el dueño y su acompañante, de raza gitana ambos, dándoles voces para que lo dejasen. No solo lo dejaron, no, sino que casi les piden disculpas.
A continuación otro vehículo y la misma operación de arrastre,pero sale corriendo el dueño y es entonces cuando el mencionado acompañante de la grúa le pide la documentación y le aplica la correspondiente sanción.
Me da la impresión de que vivimos en una ciudad distinta cada uno de nosotros, ¿por qué no controlan las paradas de autobuses? Por ejemplo, en la Tenderina, en San Pedro Mestallón, el Campillín, están llenas de coches, teniendo que el autobús entorpecer el tráfico a los demás. ¿Por qué no controlan el vandalismo que existe por los barrios, y los robos que con frecuencia se dan, como en Darío de Regoyos, en el Bar Mediodía? ¿Por qué no controlan a toda esa gente que ocupa la cancha junto al Palacio de los Deportes prohibiendo a los niños del barrio jugar y, encima, dejando los alrededores hechos una porquería, con sus desperdicios, bolsas, papeles y botellas de cristal, del botellón y hasta defecaciones en el propio jardín? ¿Se imaginan a cualquiera haciendo lo mismo en el Campo San Francisco?
Pregunto ¿existe alguna diferencia entre el Campo San Francisco y el de San Javier, cagando los perros a todas las horas, o en el de la Tenderina, que da asco? Señores forasteros de viaje por Asturias se preguntan quién es el regidor. O los ciclistas saltándose los semáforos en rojo delante de las narices de los que visten de azul y éstos se hacen los suecos. O los que andan a toda velocidad en bici por las aceras con el consiguiente peligro para las personas. Todo esto y mucho más podría decir, lo primero por los setenta euros del arrastre, lo segundo por los noventa euros de multa ¿no se preguntarán si me llega para comer, que soy un pobre jubilado? Mi sueldo no alcanza las escalofriantes cifras de todos esos dirigentes.
Con sueldos como los suyos me pueden llevar el coche todos los días, y comíamos el Ayuntamiento y yo.
¿Por qué no controlan que los dueños de los perros recojan las defecaciones de los mismos en las aceras y jardines del barrio, que cuando calienta el sol no se puede parar de olores por ejemplo en el parque San Javier y en el de la Tenderina? ¿Por qué no controlan a la gente que cruza indebidamente por donde no se puede pasar y encima piden semáforos, como en Muñoz Degraín, que pasan por donde les viene en gana y además protestan si les dices algo?
Menos grúa en los barrios, y que miren para el centro, que todos tenemos que vivir pero con menos dinero.
Que conste que no estoy cabreado por lo mío, sino por observar las injusticias que se hacen. Eso sí, mi amigo que esté tranquilo: seguiré ayudándole.
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