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Hipatia de Alejandría

24 de Noviembre del 2014 - José Manuel López García (Gijón)

Esta filósofa y matemática hace honor a su nombre que significa la más grande. Su muerte violenta, ya que fue asesinada por una multitud en el 415 d.C. es la manifestación de un fanatismo religioso y político a causa de su pensamiento no cristiano, en la Alejandría en la que aprendió, investigó y enseñó. Ya que por los testimonios conocidos la mató un grupo de cristianos alejandrinos fanáticos y violentos.

Probablemente, Hipatia asumió en el año 400 la dirección de la escuela neoplatónica. Es lógico que su discípulo Sinesio la admirase por su saber filosófico y matemático, aunque Hipatia tuviera 25 o 30 años, en el momento que empezó a desempeñar la dirección del movimiento filosófico neoplatónico, ya que era la más sabia filósofa de Egipto en su tiempo.

La escuela de Alejandría seguía más la enseñanza de Porfirio que la de Plotino. El mal para Porfirio reside en el alma misma, lo que parece que concuerda más, con la necesidad de purificación del alma del platonismo. Por otra parte, la lógica y la ciencia eran campos abiertos a la investigación y al análisis, tanto para el paganismo como para el cristianismo.

Las enseñanzas de Hipatia fueron amplias ya que comprendían Matemáticas, Astronomía y Filosofía. También investigó sobre otras cuestiones técnicas, ya que se interesó por los astrolabios y los hidroscopios. Toda esta actividad docente estaba dirigida por una actitud vital de dominio de los deseos corporales, de tal forma que mantuvo la libertad del alma o, al menos, esa parece ser su intención.

Según indica Amalia González Suárez acerca del tipo de docencia que realizó Hipatia: «Dzielska considera que de éstas informaciones clásicas podemos concluir que Hipatia enseñaba tanto a un reducido grupo de avanzados en cuestiones filosóficas, como a grupos más amplios». Algo parecido a las famosas enseñanzas esotéricas de Aristóteles a los más preparados, y exotéricas al público en general, que no está especializado en estos conocimientos.

Y es cierto, que ante una masiva cantidad de oyentes, la labor discursiva y argumentativa de Hipatia sería difícilmente entendida en su verdad, y de modo pleno y completo. Habría conocimientos del más alto nivel que confiaría, únicamente, a sus discípulos más aventajados. Porque el gran público no los entendería. Incluso su discípulo más destacado Sinesio escribe lo siguiente: «La verdad hiere a quienes no tienen fuerza suficiente para mirar el resplandor de lo real». Considero que lo verdadero debe estar al alcance de todos aunque no sea algo agradable. Otra cuestión diferente es la complejidad de los conocimientos que presupone una formación específica especializada, que no forma parte del bagaje cultural de todos.

Además Hipatia logra algo muy importante en su época, puesto que supera la tradición de siglos pasados, en los que las mujeres estaban en un segundo plano, y no podían, prácticamente, tomar la palabra en público.

Se puede decir que esta filósofa, por lo que se sabe, si aconsejó a los gobernantes de Alejandría, ya que disfrutaba de una autoridad moral y en cierto modo, también filosófica y política. Lo que le costó la muerte a esta filósofa platónica, frente al poder político masculino representado por Orestes, en esta ciudad egipcia. Frente a la racionalidad, prudencia, sabiduría y belleza que ella misma representaba de un modo magistral, su asesinato fue una expresión de barbarie, brutalidad y fanatismo. Porque la libertad de pensamiento, y el máximo respeto al mismo, es el mayor fundamento del saber y la investigación filosófica y científica.

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