Alcahutería política y mediática
Alcahuetería a la orden del día, explosión de babel; que fulanito ha dicho que mira este, que el cura de mi pueblo hace cosas feas con las parientas, que me chivo a mi seño que trabaja para el zeneí, sopla el viento de los correveidiles trayendo y llevando barbaridades. Está en adobo el celestineo político, llegan los coribantes con sus estolas en ristre y nos bendicen pediluvios y lluvias lustrales de agua bendita agitando la banda de los diáconos y la cidaria o tiara de los pontífices.
Eran más legales entonces con el paganismo que ahora cuando hemos dejado de ser católicos y creer en Jesucristo con los curas invertidos y pervertidos que se dan el lote con sus monaguillos. Que pidan perdón pero que conste que Bergoglio no es el perdón sino la revancha. El matarife no el sanador. Ha entrado un elefante en esta cacharrería.
Recojo mis bártulos y me abro. No encuentro entre los apatuscos del baúl de mis recuerdos nada de valor cuando han puesto todo por los suelos. Conque he de soportar los dimes y diretes de los hijos del error y del terror porque vivimos una guerra civil no declarada y la propaganda es un arma psicológica, una rampa lanzamisiles, el fustíbalo, la catapulta.
Es la hora de las tinieblas.
Todos quieren ser cohen y lenón de la mancebía. Entre rufianes anda el juego. Nada se diga de la clase política y en cuanto a los jaques del periodismo dicharachero del sobre y la mano por el lomo (no estoy hablando de Zacarías Pit ni de su negro ese soplón de Cuenca que tanto m e difamó tanto en Londres como en Nueva York, el pobre sigue tan corto de vista y sin haber aprendido inglés, naturalmente) son los más infames y corruptos. Carne sobornada, putos y putas en 625 líneas, ahora bustos parlantes escaparates de la peluquería de moda y modelitos en los monitores de plasma.
La reforma pasa por la entrada del caballo de Pavía dando coces en estos tenderetes y chiringuitos mediáticos. ¡Qué bien se lo montan!
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