Estacionamiento en zonas escolares
Me pongo en contacto con LA NUEVA ESPAÑA para denunciar la falta de aparcamiento en las zonas escolares en Oviedo, la mínima permisibilidad de los agentes que trabajan en esas zonas y la picaresca del servicio municipal de grúa a este respecto.
Mis hijas estudian en el colegio Auseva y ocasionalmente las llevo en coche: un monovolumen cargado de muñecos, dos sillitas y bicis que lo hace fácilmente identificable como familiar por cualquiera que pase a su lado. Estos días el servicio de Parques y Jardines están haciendo labores de poda de árboles, por lo que han limitado las áreas de aparcamiento para poder realizar su trabajo. Así pues, donde ya era difícil aparcar, ahora es imposible. Esta mañana, tras dar tres vueltas a la manzana y no encontrar plaza libre, y antes de aparcar en doble fila o bloquear una salida de un garaje y entorpecer la circulación, opté por aparcar en una zona de carga y descarga. Eran las 08.56; a las 09.06 el coche ya no estaba. Cogí un taxi, me dirigí al servicio municipal de la grúa y allí lo encontré: 86,40 de enganche y 200 de multa.
Este centro escolar no dispone de espacio para aparcamiento público, ni tampoco zonas en la calle reservadas para aparcar exclusivamente para la entrada y salida de las clases como sí tiene el colegio San Pedro de los Arcos. Los padres del colegio Auseva nos vemos obligados a infringir las normas de tráfico durante esos diez minutos de la entrada y salida de las clases. No aparcamos en doble fila, no entorpecemos la circulación, no bloqueamos salidas de garajes, no aparcamos en las plazas de minusválidos de la Jefatura de Tráfico. Sólo intentamos estacionar el coche en un hueco que está libre, nadie está utilizando y permite la fluidez del tráfico y de nuestra rutina diaria.
Y mi pregunta es: si el Ayuntamiento de Oviedo y sus autoridades locales no colaboran con los padres para las entradas y salidas del colegio, si la grúa va a tener como zona operativa las horas punta de zonas escolares, ¿qué comportamiento se espera de mí cuando pasee a mi perro en los parques de nuestra bonita ciudad, cuando se organice una carrera popular, cuando sea testigo de un maltrato hacia el mobiliario urbano por algún vecino o vea a alguien haciendo una hoguera en el parque Purificación Tomás? ¿Participo y colaboro por el interés común aunque suponga un esfuerzo personal? O como en este caso: el agente ve un vehículo estacionado en zona de carga y descarga, un vehículo familiar cargado de trastos infantiles, en una zona escolar a la hora que suena el timbre y decide ponerme una multa y llamar a la grúa. Soy miembro de esta comunidad de toda la vida, pero no quiero que mi aportación sea sólo valorada económicamente.
Quiero que esta situación cambie. Propongo que el servicio municipal de grúa tenga acotadas las zonas escolares durante las horas de entrada y salida de las aulas, que haya más agentes urbanos en los pasos de cebra aledaños a los centros escolares y que colaboren activamente con la fluidez del tráfico (no sean meramente espectadores), que se establezcan unas zonas en las que el estacionamiento público quede reducido a las horas de entrada y salida de los colegios y, sobre todo, algo de humanidad por parte de las autoridades en lo que a niños compete.
Porque debemos dar ejemplo de civismo a nuestros hijos y hacer de nuestra ciudad un lugar digno en el que vivir, publico esta carta con la esperanza de que el cambio aún sea posible.
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