La balanza nos espera
Esta vida es premio, diversión y felicidad para unos, castigo y sufrimiento para otros; por lo tanto sería demasiado cruel ésta desigual vivencia, sin que hubiera algo después, una vida posterior que compense y premie a quien se comportó adecuadamente, sufrió, enfermó, murió joven, etc. Y por el contrario, exista una Justicia posterior que haga pagar con creces a quien se comportó mal.
Entre un rico y un pobre, existe una diferencia en calidad de vida, que no es fruto en la inmensa mayoría de los casos, de los méritos o deméritos propios, lo cual da entender que sería perverso que unos nacieran con estrellas y otros estrellados así por azar, sin más reflexión que aceptar en nuestra mente tal situación.
No puede ser que los sanos, ricos, sinvergüenzas o malvados se queden con el premio vivido; mientras los enfermos, pobres y la buena gente, aceptemos así por las buenas, que no hayan tenido las mismas oportunidades en esta vida, simplemente por pura casualidad. No conozco ningún psicólogo, científico, Químico, filósofo, teólogo, metafísico o lumbreras del engaño que me hiciera comprender todo cuanto ocurre en este mundo cargado de contradicciones y desigualdades en cuanto oportunidades por el mero hecho de nacer en sitio o familia diferente ¿Por qué unos enferman jóvenes y otros están sanos como robles toda la vida? ¿Por qué unos mueren sin haber vivido y otros llegan a viejos? ¿Por qué unos pasan penalidades y otros, todo les viene a medida? Acaso sería justo aceptar que aquí se acaba todo y los con suerte, simplemente la han tenido, y los otros ¡caray! quien decidió tal desventaja.
Lo único cierto es que nos morimos todos, pero hasta en esto, existen quienes se van sin saber que se han ido y quienes lo tienen que sufrir con creces.
Ni las ciencias cognitivas me harán entender mi mente y la de los demás; pero la verdadera preocupación no es esa, es saber que al final a cada cual le esperará una balanza, donde se sopesará comportamientos y andanzas vividas, para compensar o penalizar; eso sería un Justo colofón a tanta desigual suerte entre seres humanos que al nacer debieran tener las mismas oportunidades, que como todos vemos y sabemos, no es así.
Por imperfecto, por tener más suerte y felicidad que otros, seria de los penalizados, pero con todo y ello, espero con toda mi alma, aunque la mía se la lleve el diablo; que alguien premie a los que no han tenido tanta suerte.
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