Imputadas
Por fin el Rancho (quiero decir el Ayuntamiento de Gijón) se tambalea. Ya tenemos imputadas, en plural.
Las dueñas del Rancho por fin están imputadas, con lo que en estos tiempos que corren quiere decir implícitamente ponerse a la altura de la Pantoja, Rato, Bárcenas... todos imputados. Aunque en honor a la verdad estas imputadas no anduvieron con sobres, éstas lo que hacían, supuestamente, era soplar y soplar sobre todo lo que les molestaba para quitárselo de encima (sin ningún miramiento). ¿Te estorba porque te hace sombra, porque trabaja más y mejor que tú o simplemente te estorba?, pues, hala, a soplar y fuera, no importa que según están los trabajos dejes a una persona en la calle sin justificar.
La señora jueza así lo ve. ¿Vosotras ahora qué pensáis? (imputadas), sabéis lo que significará en vuestro currículum. Nosotras, aparte de tener algo más de fe en la justicia, nos preguntamos ¿cómo os va a afectar?, ¿iréis a la calle como hicisteis con la trabajadora en cuestión?, ¿sería lo justo, no? o sólo será una mera falta.
De cualquier forma, queridas, estáis imputadas. Que su señoría sea justo y caiga sobre vosotras todo el peso de la ley, que el cortijo deje de serlo y se convierta en lo que siempre debió ser. El Ilustrísimo Ayuntamiento de todos los gijoneses.
Imputadas, qué palabra tan estimulante.
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