La estela de Pepe Cosmen
Cuando las estrellas llegan al final de su vida, aquí, en la Tierra, seguimos percibiendo a años luz su brillo, lo que nos permite seguir contemplándolas como si estuvieran vivas y así lo harán nuestros descendientes sin saber en qué momento a ciencia cierta vamos a dejar de admirarlas. En nuestra vida, también puede pasar algo parecido cuando surge un ser humano de gran carisma como fue nuestro querido y admirado amigo Pepe Cosmen. Su estela de empresario y hombre de bien, capaz de aunar con enorme coherencia el binomio Asturias y trabajo, sigue ahí, sin fisuras. Jamás quiso vivir en otro lugar que no fuese su tierra. Caminante del mundo, viajero infatigable, no consideró la posibilidad de tener una bien merecida jubilación lejos de este entorno tan querido para él y así estuvo hasta el final aportando experiencia y buen hacer. Hoy, cuando se cumple un año de su partida, los amigos seguimos teniendo muy presente la suerte de haber conocido a un hombre excepcional cuyo legado para Asturias está todavía por descubrir; siempre digo que cuando era difícil hacer patria más allá de nuestras fronteras, Pepe lo hacía con total naturalidad y entrega, pero de forma especial mostraba al mundo su asturianía con el esfuerzo de un trabajo honrado, creativo y emprendedor que reconocieron dentro y fuera de España.
Hoy, desde el recuerdo y el agradecimiento, no quiero dejar pasar el momento sin hablar del Palacio de Congresos de Oviedo. Siempre con el máximo respeto a las partes, yo no entiendo de política ni de arquitectura, sí de personas y de sentimientos, y conozco de primera mano el cariño y los medios que Pepe Cosmen puso a disposición de la ciudad para convertir este viejo sueño en magnífica realidad. Quiso lo mejor para Oviedo y estoy segura de que lo consiguió; el tiempo lo dirá. En la vida no siempre las cosas salen como las imaginamos, aunque en este caso parece que sí: todavía resuenan en mis oídos las impresiones del último macrocongreso de radiología celebrado en el citado palacio, donde profesionales venidos de muchos lugares de dentro y fuera del país, muy conocedores de este tipo de eventos, resaltaban impresionados que era uno de los mejores recintos de congresos que habían conocido no sólo en España, sino a muy alto nivel internacional. Las características de este palacio son únicas. Un aforo con todo tipo de comodidades, pasando por la acústica, los medios de proyección e interpretación, las salas adyacentes, los sistemas polivalentes para la atención a los usuarios y su estancia lo convirtieron en excepcional y felicitaban a la ciudad de Oviedo por esta joya que, bien tratada, es una fuente de ingresos importantísima para todos. El gran movimiento generado con este tipo de actos y su repercusión inmediata en los hoteles, restaurantes, comercio, servicios en general, etcétera, lo demostraron y así lo concibió un Pepe Cosmen ilusionado, volcado de nuevo en su Asturias como referente para grandes encuentros, sueño a veces doloroso, como un parto que trae a un recién nacido en tiempos difíciles pero con el pan debajo del brazo. Muchas personas se beneficiarán de estas inigualables instalaciones. Pepe quiso que este palacio fuese lo mejor para la ciudad y no regateó medios. Otros disfrutarán de este sueño y ojalá que así sea, pero no conviene olvidar a quien lo pensó, y quién se adelantó al futuro para ofrecer a Oviedo un marco único para eventos a cualquier nivel.
Gracias, Pepe, por tu ayuda y sabios consejos en mi etapa al frente del gabinete de Actos Científicos del HUCA. Fue un proyecto personal en el que conté con la magnífica colaboración de mis compañeras, médicos, personal de enfermería y de todo el complejo hospitalario, así como de su gerencia, siendo pionero a nivel nacional e internacional.
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