Arrogancia política vs inoperancia sindical
Honestamente desconozco cuál de los términos tiene más peso en el binomio establecido en el título. Nuestros políticos continúan gestionando los recursos y tomando decisiones a espaldas de lo que los ciudadanos exigimos. El avance de formaciones con un marcado tinte populista parece no preocuparles aunque sus resultados en próximas consultas parecen disminuir de forma drástica, todavía no se han dado cuenta de que los ciudadanos hemos dicho hasta aquí, y no más. A los sindicatos, con una marcada pérdida de su fuerza social, parece no importarles las injustas decisiones tomadas desde las diferentes administraciones, pues en unos casos las refrendan y en otros las toleran sin plantear el más mínimo conflicto.
Pues bien, para los dos, tomen nota. En el SESPA (Servicio de Salud del Principado de Asturias), con aproximadamente 13.000 trabajadores (y sus respectivas familias), estamos llegando a una situación que actualmente raya con la locura kafkiana. La falta de personal en todas y cada una de las categorías profesionales debido a la falta de reposición de las vacantes por jubilaciones, la ausencia de contrataciones para la cobertura de bajas y permisos, la mayor incidencia de patologías y actuaciones programáticas estacionales, aspectos coyunturales como traslados de hospitales, incremento del catálogo de servicios que prestamos a la sociedad, falta de medios materiales para el correcto desempeño de nuestro trabajo, la disculpa continua ante nuestros usuarios por las deficiencias del sistema, etcétera, etcétera, etcétera, hace que nuestro trabajo del día a día, en algunos casos, esté alcanzando estándares de calidad discutibles. Y esto a pesar de que públicamente en los foros de discusión parece que existe un cierto consenso para salvar la sanidad, la educación y la dependencia.
La mayoría de trabajadores de la sanidad pública no somos estrictamente funcionarios, sí somos trabajadores públicos del estado del bienestar, y estamos cansados de que se nos apliquen las normas diseñadas para funcionarios cuando sólo se trata de limitar o retirar derechos laborales adquiridos a través del tiempo. Estamos cansados de la tremenda discriminación que sufrimos cuando en normas aprobadas para su aplicación en todos los trabajadores públicos del Principado explícitamente se excluya a los trabajadores del SESPA con la aquiescencia o inoperancia sindical. Como ejemplos: reducción de la jornada laboral durante el verano aplicable a todo el personal funcionario y laboral del Principado (SESPA no). Posibilidad de disfrutar vacaciones hasta el 31 de diciembre (en el SESPA 15 de diciembre). O la última; fresquita del día 28 de noviembre, presentación de justificante médico ante la ausencia por enfermedad sin It (máximo de cuatro días al año) cuando al resto de trabajadores del Principado y del Estado sólo se les exige declaración jurada, como así indica la norma estatal. ¿Seremos menos de fiar? Indignante. Si somos trabajadores diferentes por trabajar donde trabajamos, establézcase una justa compensación negociada para evitar estas discriminaciones.
Somos 13.000 (y nuestras familias) y nos sentimos agredidos y desmotivados y pronto tendremos una cita ante las urnas para las elecciones generales, autonómicas y sindicales. ¿Qué nos sugieren?
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