La ciudad de los ángeles
Un año más presenciamos el milagro de la calle Uría: los ángeles descienden sobre Oviedo. Derraman con la Cruz símbolo de la ciudad polvo de estrellas y luz. El milagro azul y oro de cada Navidad. El cielo oscuro se rasga cada noche para dejar desfilar a los ángeles vestidos de luz. En silencio, con su traje de cola se deslizan por la calle de dos en dos como parejas de baile. Con una mano sostienen como un trofeo, la cruz; con la otra, a derecha e izquierda, reparten a voleo el confeti de oro y piedras preciosas que la adornan. Príncipes pródigos que lanzan al pasar monedas de luz a su pueblo. Desde el suelo, la vemos pasar en volandas y celebramos la Victoria de la luz sobre las tinieblas. La victoria de cada Navidad: la noche se hace día. Los ángeles hacen amanecer a media tarde cada jornada. El cielo de Oviedo –gris de día, negro de noche– se transforma en un príncipe azul que despliega su espléndido manto azul Oviedo sobre la “ciudad de los ángeles”. ¡Ven y verás!
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