Ujo, el ciclismo y Bahamontes
Recientemente, aquí, Pedro R. Cortés, cronista del Centro Asturiano de Oviedo, publicó un interesante y documentado reportaje sobre el protagonismo de Mieres en el ciclismo nacional, lo que nos ha dado pie para añadir y comentar algo más sobre el particular. Cierto cuanto expone someramente el señor Cortés, tanto en lo referente a Mieres como a Ujo, pueblo éste en el que la afición por la bicicleta fue enorme en otro tiempo. Sí, el médico Julio Rodríguez Vigil, oriundo de Lena, fue el que dio impulso al ciclismo en Ujo al fundar allí la Peña Ciclista, después de la guerra civil, contando con valiosos elementos como Antonio Cabo, Juanín Blanco, Dionisio y alguno más que no recuerdo. La otra comisión, la de festejos, estaba presidida por el bonachón de Paco “Simeones”, su cuñado Paco González, Viñas, Heraclio y Santildes, valiosos elementos también en aquellas tradicionales fiestas del Carmen, famosas en toda la provincia. En ellas, el número importante y más destacado era el Gran Premio Ciclista de Ujo, que en 1950 fue con la primera subida al Pajares, con 30.000 añoradas pesetinas en premios.
Esta carrera fue famosa, seguida hasta por buenos periodistas de Madrid. Y en ella se dio a conocer Bahamontes, que asombró a todos en la subida al Pajares, trampolín de su lanzamiento como un gran escalador. Con el fallecimiento del Dr. Rodríguez Vigil, que hoy tiene una merecida calle en Ujo, el ciclismo fue a menos al no mantener nadie su antorcha. Años después, Recaredo, un apasionado del ciclismo, que de su tierra allerana se situó en Ujo, encendió esa antorcha al refundar la Peña Ciclista Santa Eulalia, que sonó también lo suyo. Hoy, al dejarla Recaredo, parece ser que el fuego de esa antorcha ciclista se ha apagado. Pero su historia está ahí, unida a la de Ujo, pueblo importante cuyos orígenes se remontan a la Roma de Augusto –año 19 antes de Cristo– en el que el último territorio de Hispania fue sometido al invasor después de la caída de Lancia en la Asturias Cismontana. Y el centurión romano Cayo Sulpicio Úrsulo sigue sin estatua en Ujo. ¿Cuándo le da su empujón el Ayuntamiento de Mieres?
Si en Ujo había afición al ciclismo, quien lo hizo popular y famoso, dándole una gran importancia, fue un tal Moratinos, que se afincó en este pueblo en 1929 armando la gran revolución. Sí, porque venía de Francia, montó un garaje decorado con diversos carteles del famoso Tour, organizó pequeñas carreras y a los niñatos nos reparaba gratis la bicicleta y los pinchazos. Nada, que fue un Mecenas, que también es historia en Ujo.
Hoy, no hemos tocado el nauseabundo tema de la política y sus chorizos. ¡Aleluya!
Ricardo Luis Arias
Aller
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