Reflexiones del pasado reciente
Luis Mari Alonso, en su columna festiva del treinta y seis cumpleaños de la Carta Magna (más carta que magna a juzgar por la inerte retórica de su contenido social), nos propone reflexionar acerca de las obsesiones que perturban a Cascos con respecto al supuesto hermanamiento político alcanzado entre populares y socialistas para repartirse el negocio del poder, aquí, en la cuna de la Reconquista.
Pues reflexionemos, Luis Mari. Yo, como tú, aunque confieso haberme acogido en alguna ocasión de forma argumental a la teoría del pacto, si he de ser sincero, no creo que exista una alianza entre ambos partidos para repartirse el poder político en el Principado. Igual que no participo de esa imaginaria y extendida autodestrucción cainita de la derecha asturiana a la que haces alusión y que pretende justificar la inoperante oposición ejercida por el grupo popular durante décadas.
Ni una y otra teorías, a mi modo de ver, explican las causas del desencuentro electoral entre el pueblo asturiano y los conservadores. Parece más acertado culpabilizar al inmovilismo institucional y a la obstinación pertinaz de los órganos ejecutivos del partido por mantener la confianza en las jefaturas locales y provinciales. Diputados autonómicos, jefes locales, concejales y las correspondientes canonjías, fueron ratificados en sus respectivos cargos después de haber demostrado fehacientemente, en sucesivos periodos electorales, la falta de apoyo ciudadano. Si a lo antedicho sumamos las prácticas caciquiles y de enfrentamientos localistas desarrolladas por el entonces hombre fuerte de la derecha asturiana, Gabino de Lorenzo, y la total sumisión de su monaguillo, Ovidio Sánchez, junto a la equivocada complicidad de ciertos medios de comunicación acríticos, afines a las tesis y estrategias conservadoras inmovilistas, tendremos una idea bastante aproximada de porqué no se produjo en Asturias la tan necesaria alternancia en el poder.
Tampoco es menos cierto que sin la participación responsable y apoyo de la izquierda plural monolítica a los gobiernos de Areces, ni los socialistas habrían dilapidado ingentes sumas de dinero público en proyectos faraónicos, ni se habrían producido casos de corrupción mareantes, ni, por supuesto, el PSOE sería, a día de hoy, la fuerza política prevalente en la región.
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