Una triste Navidad
Lo va a ser para miles de familias a las que la crisis económica y política han dejado en la más angustiosa necesidad y desamparo. La Nochebuena será para ellas una "nochemala", fría además, gélida, porque hasta el calor les faltará para que su desgracia sea completa. Sería estupendo y maravilloso que la lotería, el gordo y los premios más importantes se fueran todos ellos, repartidamente, a esas necesitadas familias, para que la Navidad no fuera un inalcanzable espejismo y sí una feliz y hermosa realidad. Y con ello, la paz, tan necesaria para que todo comience a cambiar en este país en el que unos y otros –partidos políticos de todas las ideologías, radicales, extremistas, sediciosos y separatistas– están llevando a su ruina y desintegración, con un Gobierno lamentable y una no menos lamentable oposición. Todos, de alguna manera, son responsables de tan dramática situación, cada vez más grave y agudizada por la asquerosa corrupción. Pareado aparte, de ella no se libran ni empresarios, sindicatos, ni la misma Casa Real. Con este panorama, ¿cómo se puede ser alegre y feliz esta Navidad?
Aquí todo es posible y nada nos puede sorprender ya, ni que un niñato como el "pequeño Nicolás", con más cara que espalda, haya irrumpido en la vida social y política carpetovetónica como un elefante en una cacharrería, dejando en evidencia y comprometida situación a la Casa Real, a Rajoy, a la vicepresidenta del Gobierno, a Cospedal, a Esperanza Aguirre y a otras destacadas figuras del PP como Aznar y su Botella. Elucubró y cascó lo suyo el Nicolasito en un programa de televisión, todo ello ilustrado con planos y fotografías en las que este pintoresco personaje aparece, muy fardón él, con todas esas figuras populares, y también algún empresario, muy pegado siempre a todos ellos. Lo sorprendente es cuando el fantástico chaval dice que tuvo un importante papel en el CNI, que ahora le va a emplumar por sus declaraciones, que son falsas, como todas las demás. Seguro que el Nicolás se creyó ser un agente especial 007, con muchacha guapa y todo. Qué imaginación y qué jeta.
Pero no creemos que esto pueda ser cosa suya, y que alguien puede estar detrás del "pequeño Nicolás". Ya alguien dijo que no era más que una cometa cuyo hilo alguien movía desde abajo. Posiblemente. Nada, señores, que todo es posible en este país de coña y pandereta. Aquí, el que no corre, vuela, o se va a hacer puñetas.
Sí, esta Navidad no puede ser más triste y dolorosa para todas esas familias que por el paro, desahucios o lo que sea son las que verdaderamente están sufriendo las consecuencias de la puñetera crisis económica, social y política. Que ella, la Navidad, sea portadora de la paz y que todo comience a cambiar para bien y para todos, con recuperación de trabajos, ilusiones y esperanzas. Y que en el Año Nuevo, feliz y solidario, todo se nos ponga a "güevo".
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