La reforma fiscal
El pasado mes de noviembre, el Parlamento español aprobó definitivamente la tan cacareada reforma fiscal, publicada en el BOE con fecha 28/11/2014. Llevaban los tres años del actual Gobierno dándonos la matraca anunciando una ventajosa reforma fiscal para todos y resulta que ahora, que definitivamente ya está aprobada y lista para entrar en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2015, los medios de comunicación apenas hablan de ella. No sé si es que coincidió su aprobación con la fecha del fallecimiento de la duquesa de Alba, noticia que acaparó las portadas ese día de todos los diarios, o cuál fue el motivo, el caso es que la reforma en cuestión (noticia, a mi entender, con bastante más importancia para todos que el fallecimiento de la mencionada señora, q.e.p.d.) se quedó en diminutos espacios de las páginas interiores de cada periódico.
Si resulta que el BOE le dedica nada menos que setenta y nueve páginas, digo yo que algún comentario se merecería en prensa, aunque sea para criticar los aspectos negativos de dicha reforma, que casi nos la están haciendo pasar de puntillas y en silencio.
Quienes, como yo, no tenemos más conocimientos fiscales que los básicos, para llegado el momento, cada primavera hacernos la declaración de la renta sin recurrir a los servicios de un asesor fiscal, dando un vistazo a las setenta y nueve páginas del BOE que publica la reforma en cuestión, lo único que se nos ocurre así, a bote pronto, es recurrir al dicho popular de que "para este viaje no se necesitaban alforjas", o al menos, las que se utilizaron. Bastaba con que nos hubiesen rebajado la tarifa del impuesto al nivel en que la encontraron cuando llegaron estos al poder, y ya nos podíamos dar por satisfechos.
Sabido es que los políticos en democracia se deben al voto de los ciudadanos, y es en cierto modo hasta comprensible que en año electoral pretendan hacer uso de ciertas triquiñuelas para seguir cosechando los votos a su favor que los mantengan en el poder, pero los votantes de cierta edad estamos tan de vuelta de ciertas cosas que por mucho que nos disfracen al burro viejo ya no nos lo endiñan ni envuelto en papel de celofán.
Sin pretender entrar en el politiqueo del "y tú más", debemos reconocer todos que tenemos la economía del país echa unos zorros, con una deuda pública que ya ronda el 100 por ciento del PIB y que sigue generando déficit año tras año, lo que supone que lejos de disminuir la deuda la seguiremos aumentando. Por tanto, pretender venirnos ahora con paños calientes de que la reforma fiscal va a suponer un ahorro al contribuyente y una mejora para las arcas estatales, que me perdonen los padres del invento, pero quienes ya empezamos a saber algo más por viejos que por sabios no nos lo creemos. Por el bien de todos, ojalá acierten, y pasado un tiempo los ahora escépticos tengamos que reconocer nuestro error.
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