Socialismo neoliberal
Recientemente se ha cambiado la gestión de autobuses urbanos de Oviedo basándose esta gestión en el socialismo liberal que estamos sufriendo los ciudadanos. Todo se privatiza: el agua, la basura, la gestión de la sanidad, etcétera. Cada vez que el socialismo liberal privatiza algo, sablazo al bolsillo del ciudadano. Cada vez que se privatiza un servicio público, no se hace con el fin de ahorrarle al ciudadano dinero ni para lograr mejoras en el servicio... se hace con el fin de que la empresa privatizadora obtenga suculentos beneficios con abusos consentidos por la casa gobernante que me hace pensar que estará debidamente cebada por la empresa privatizadora.
Lo primero que se hace es subir el precio del billete de 1,05 a 1,20 euros, a pesar de la enorme caída del precio del petróleo, la grave crisis económica que estamos padeciendo y la continua bajada de los salarios de la gente trabajadora que tiene que coger el bus. La tarjeta que antes teníamos con diez viajes, la utilizábamos durante un tiempo indefinido; es decir, por ejemplo yo, tenía una tarjeta de diez viajes de los que sólo utilizaba cinco o seis viajes al mes. Ahora, con la nueva gestión, si no gasto los diez viajes antes del mes, la empresa privatizadora me roba descaradamente los viajes que no gasté en ese mes y tengo que volver a pagar otros diez; es decir, los viajes que no se gasten en el mes caducan como si fuesen yogures: la cuestión no es dar un servicio al ciudadano con el menor coste posible, sino que la privatización consiste en sacar la mayor rentabilidad posible, aunque se le meta la mano en el bolsillo al ciudadano de manera torticera.
Los viajes que teníamos sin utilizar en la tarjeta antigua nos los abonaron, es decir, no esperaron a que los hubiéramos agotado, con el fin de empezar rápidamente a hacer caja con la nueva tarjeta.
La línea número 7 llevaba a enfermos, familiares de enfermos y trabajadores hasta las puertas del hospital Monte Naranco y a la clínica oftalmológica Fernández Vega, como debe ser. Ahora, con la nueva línea E-1, estas personas se joden y las dejan en la plaza Gabino Díaz Merchán, es decir, más o menos un kilómetro cuesta arriba hasta estos centros sanitarios, llueva, nieve o haga sol. La cabeza pensante de este engendro de líneas debería colgarse una medalla por lo bien que lo hizo.
La entrada en el Consorcio de Transportes de los autobuses de Oviedo no significó una mejora para el ciudadano, a no ser que la concejalía de transporte del Ayuntamiento de Oviedo nos ponga una oficina donde se nos expliquen las mejoras y el ahorro que signifique la privatización de los autobuses; donde se nos explique cuánto nos ahorramos en sueldos de cargos públicos, liberados sindicales y funcionarios, y cuánto significa en la reducción de impuestos a los ciudadanos al no tener que pagar la gestión pública de estos servicios. Ya no nos sirve el timo de la privatización de lo que sea y que siga la misma mamandurria política-sindical-funcionarial a costa de los mismos.
Enrique Díaz López
La Corredoria, Oviedo
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