Ovetense orgulloso
LA NUEVA ESPAÑA, miércoles 10 de diciembre, noticia en página 5: “El municipio aumentará el número de palcos VIP en el Tartiere para ayudar al Real Oviedo. El Ayuntamiento y el club alargarán la cesión del campo de fútbol hasta 2040 y anuncian mejoras en el estadio para poder jugar en Segunda”. Junto a la noticia aparece la foto de dos señores muy sonrientes, casualmente del mismo partido.
Noticia página 37: “Carlos Slim, tercer hombre más rico del mundo, tras perder un puesto”.
Leída esta segunda noticia, entiendo la primera. ¿Cómo, en Oviedo, vamos a permitir que el señor Slim pierda un puesto? Lo propio es que los ovetenses nos pongamos manos a la obra y lo ayudemos a recuperar ese puesto cuanto antes. ¿Cómo? Eso ya lo pensaron esos dos señores tan sonrientes de la primera noticia: todo gratis para el señor Slim: campo, mantenimiento, agua, luz, gas, amaños contables de risa, etcétera. Si hace falta algo más, se concede una subvención.
Que no se les olvide a estos sonrientes señores, ni a los que vengan, que en este empeño debemos colaborar todos los ovetenses. Es imposible que lo consigan los asociados de tan vetusto club sin la solidaridad de los que nada tienen que ver con la afición de pegar patadas a un balón, teniendo en cuenta que la tan cacareada masa social no llega ni al 10% de los vecinos de Oviedo, en la que incluyo niños de biberón (para analizar).
En tan encomiable labor supongo a todos los concejales de este sufrido Ayuntamiento de acuerdo. Ni la radical izquierda (algunos con banderas republicanas en sus balcones) que tenemos en esta ciudad ha dicho ni palabra. Entre sus aspiraciones estará sentarse en un palco VIP junto al segundo hombre más rico del mundo, ruego a Dios que lo consigamos este mismo año. ¡Qué bien se ve al pueblo desde tan alto sitio! ¡Qué pobres somos!
No me extraña que se rían, porque somos de risa. Este par, como el resto que nos gobiernan, todavía no se enteró de que, seguramente, más de la mitad de la población asturiana no puede encender la calefacción en su casa, que una familia normal ya no sabe qué hacer para rebajar el recibo de la electricidad, que a muchísima gente le supone un esfuerzo enorme pagar las tasas e impuestos de este Ayuntamiento, pagar las tasas e impuestos del Gobierno del Principado, del Gobierno de España, pagar... El impago a las administraciones no se perdona. Te embargan.
Ciudadanos decentes y temerosos tendrán que apretarse las tuercas, rebajar sus gastos, incluida la comida de su familia, pero no puede faltar dinero para estas “mamarrachadas”.
Nos debe reconfortar que no se bajen nuestros impuestos. Nuestras perras son necesarias para generar más riqueza (que los ricos sean más ricos). Entendamos que el dinero está mejor todo junto en una mano. Es más fácil quitarlo a muchos, aunque tengan poco, que a pocos que tienen mucho.
Mientras parece que hemos vuelto a los años cincuenta del siglo pasado. Estamos esperando por el “americano” (nos vale de la vecina León) que, a cualquier precio, venga a colocarnos lo que en cualquier país del primer mundo ya no quieren. A mayores les tenemos que ofrecer “el todo gratis”. Pagamos con nuestros impuestos los gastos (energía, nóminas, etcétera) y ellos se van con los beneficios.
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