La tropelía de la que nadie habla en Salinas
En Salinas, viene siendo tema de conversación reiterada el mal estado de su arenal, por los sospechosos hundimientos de su paseo marítimo; los ruidosos y escandalosos conciertos -las letras de las canciones de Albert Plá el sábado pasado eran quizá constitutivas de que la Fiscalía actuara por apología del terrorismo- que durante cuatro fines de semana seguidos venimos soportando los que vivimos en la calle Pablo Laloux y aledañas... pero de lo que nada se sabe, nadie dice, ni ninguno escribe, es acerca de los reiterados macrobotellones que se vienen sucediendo en la zona del edificio Espartal, del edificio Gauzón I y la playa a la altura de dichas edificaciones.
Usted, lector como yo de este diario, imagínese que cientos de personas invaden su casa al asalto, se emborrachan, fuman porros y finalmente rompen la mayor cantidad de vidrios posibles in olvidarse de orinar en todos los rincones de su domicilio; usted, como yo, llamaría a la Policía Local y a la Guardia Civil ante tal atropello, pero su sorpresa sería mayúscula al ver que dichas Fuerzas de Seguridad lo más que hacen es pasearse dentro de su todoterreno, sin tan siquiera poner pie en tierra, y haciendo la "vista gorda" ante tanto salvajismo. Pues es exactamente eso lo que está ocurriendo en Salinas últimamente.
Yo desconozco si en Castrillón el consumo de alcohol en plena calle es punible o no; desconozco si hacerlo con vasos y botellas es punible o no; desconozco si romperlo todo y ensuciar a conciencia es punible o no... etcétera, pero de lo que estoy absolutamente convencido es que la ocupación de zonas privadas para realizar todas esas acciones, es totalmente perseguible y denunciable, y que la pasividad de las autoridades munciipales es llamativa y escandalosa.
Para más irritación, el Ayuntamiento de Castrillón se exime de cualquier responsabilidad a la hora de ejecutar las labores de limpieza, aduciendo que se trata de bienes privados (asaltados impunemente horas antes por cientos de personas), y que corresponde a cada propietario realizar su limpieza, aunque sepan que se están cometiendo tropelías por decenas y sin que nadie les haga frente.
La sensación de despreocupación por parte de las autoridades del Ayuntamiento de Castrillón es totalmente proporcional, si se compara con la que muestran ante la pérdida de arena en una playa como la de Salinas, o la que ofrecen ante los "más que sospechosos" hundimientos del paseo marítimo; es decir, pasotismo total...
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