Cuba ¿libre?

28 de Diciembre del 2014 - Ricardo Luis Arias (Aller)

No me refiero al cubata sino a que en esa querida y hermosa isla caribeña parece vislumbrarse un atisbo de ilusión y de esperanza en lo que a un cambio político se refiere. Ese primer contacto habido recientemente, al filo de la Navidad, entre Obama y Raúl Castro no nos hace suponer otra cosa. Curiosamente, esta feliz noticia vino a coincidir cuando escuchábamos a Luis Aguilé interpretar su sentimental y nostálgica canción "Cuando salí de Cuba, dejé mi vida...". Y ello nos hizo recordar a José Luis Sauquillo Zamora, estudiante de Ingeniería superior, que, con Fidel Castro, inició la Revolución contra el sistema dictatorial de Batista –de sargento a presidente de Cuba–, que apoyaban los EE UU. Luego, Fidel pegó el cambiazo y el apoyo fue después el de la URSS, lo que defraudó y situó en frente a los que lucharon por la libertad de Cuba y no por otra dictadura. Y entre ellos estaba José Luis Sauquillo, que, con su cabeza puesta a precio, logró huir a Puerto Rico. Y de aquí, el salto a España, como tantos otros.

Conocimos a José Luis Sauquillo Zamora en Madrid. Casualmente. Por allí andaba desorientado, perdido, nostálgico y en precaria situación económica. Él no estaba aquí, estaba allá, "esperando una llamada", según decía; compadecidos de él, a nuestro regreso, le conseguimos un trabajo en la Hullera Española, pozo San Antonio, en Moreda de Aller, con alojamiento gratuito en uno de los albergues que esta empresa tenía en Caborana, cuyo alojamiento era para el personal que se reclutaba en otras regiones para trabajar en sus minas. ¡Qué contraste! Ayer, había que buscar y traer a trabajadores de donde fuera y como fuera. Hoy, en cambio, una demanda angustiosa de trabajo en nuestras cuencas mineras, en las que el carbón está sentenciado a muerte.

Sauquillo era un idealista y un soñador, al que vimos siempre triste, ausente. Él no estaba aquí, estaba allá, esperando aquella llamada. Que recibió un día y se fue. Un fuerte abrazo, y él, emocionado, nos dijo: "Nunca olvidaré esta hermosa tierra allerana, a sus buenas gentes y a sus bravos mineros. Gracias a todos. ¡Volveré!".

No volvió ni volverá jamás, porque José Luis Sauquillo encontró la muerte en aquel desembarco en la playa de Cochinos, que fue un verdadero fracaso y una sangrienta tragedia.

Desde el tiempo y la distancia, Luis Aguilé sigue haciendo historia y recuerdo con su nostálgica canción. "Cuando salí de Cuba dejé mi vida...". Sauquillo dejó la suya cuando intentó volver, con otros, como paladines de la libertad y la democracia. Que ahora, cincuenta años después, parece ser que ello pueda llegar a ser posible, pacíficamente, sin fusiles ni cañones. Todo depende de la generosidad, renuncia y sacrificio que ambas partes –EE UU y Cuba– pongan, previo entierro del doloroso pasado. Y que Venezuela, Argentina y Perú hagan lo mismo que Cuba para que Hispanoamérica vuelva a ser un continente unido, solidario y en paz.

Y, ahora sí, un cubata y un brindis por una Cuba libre y democrática.

Ricardo Luis Arias

Aller

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