La Real Academia Española se olvida de La Rábida
Cuando la Real Academia Española de la lengua va finalizando con la serie de actos conmemorativos de su tricentenario, he vuelto a consultar su nutrida página digital, donde aparecen los más variados detalles acerca del compromiso desarrollado por la Docta Casa con la lengua española. Y compruebo que perdura una desagradable omisión: en la pestaña correspondiente a “Congresos Internacionales de la Lengua” española no se nombra al que tuviera lugar en La Rábida (Huelva) en enero de 1994 y que llevaba por título “El lenguaje al inicio de un milenio”.
Entre los objetivos de dicho encuentro estaban proponer la creación de una comisión permanente de la comunidad de la lengua española y la doble nacionalidad para los ciudadanos de habla hispana. Su alma máter fue el onubense Odón Betanzos, director de la Academia norteamericana de la Lengua Española, y entre las instituciones que respaldaban el encuentro estaban la Diputación, la Fundación Juan Ramón Jiménez y la Fundación El Monte onubenses.
Junto a Nicolás Sánchez Albornoz (entonces director del Instituto Cervantes) y miembros de número de la Real Academia Española (Gregorio Salvador o Ángel Martín Municio) participaron miembros de las academias de la Lengua española de Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Filipinas, México, Nicaragua, Paraguay y Puerto Rico, de la Academia asociada de la Argentina así como de las academias de la Lengua portuguesa de Portugal y Brasil. Los temas desarrollados fueron “La educación como forma de unión”, “El estado actual de la lengua en el mundo hispánico”, “La creación literaria y las artes como forma de unión”, “Comunicación y publicidad” y “Unidad de espíritu y destino como meta del mundo hispánico”.
Valgan de recordatorio estas palabras de Odón Betanzos: “Las cicatrices de las guerras coloniales han desaparecido y la intelectualidad hispanoamericana que en otros tiempos miraba a París o a Estados Unidos pone sus ojos en España como fruto natural de sus raíces. Estamos en un tiempo en que el diálogo puede ser efectivo”. “Nos encontramos en La Rábida los herederos de todos los aciertos y todos los errores de nuestros antepasados. El tiempo, presente y futuro, nos une en la esperanza. Creo que la búsqueda de un destino superior de amor y bienes se impone porque estamos unidos en la esperanza, en la lengua, en la Historia y en el amor”.
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