Ébola

30 de Diciembre del 2014 - Mercedes Rodríguez de Castro Peláez (Los Campos)

Por esta vez el susto ha pasado y es cierto que el común de la sociedad se mantuvo tranquila durante la crisis, pero no lo es menos que en ningún momento estuvo informada del alcance y peligrosidad de esta infección, por otra parte, mortal.

Durante todo este tiempo los medios de comunicación nos mantuvieron informados de la situación de los enfermos, pero ninguno de ellos informó de lo que era esta infección y de la peligrosidad ante su contagio masivo, que, por otra parte, y debido a la mala gestión realizada pudo haberse producido en cualquier momento.

Hay una línea muy fina entre la información y el pánico que ésta puede producir, pero no hay mayor sensación de indefensión que el no saber a lo que nos podemos enfrentar. Formar e informar a la población es la medicina más efectiva contra el miedo y evita que se tomen decisiones que a la postre puedan empeorar una situación de por sí, digamos, complicada.

El ébola es una enfermedad infecciosa que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates, causada por el virus del ébola descrito por primera vez por el Dr David Finkes en 1976 su nombre se debe al rio ébola ubicado en Zaire, su tasa de mortandad varía entre el 50 y el 95% de los afectados y no existe medicación ni vacuna para su cura. Hay 5 tipos de virus de ébola y 4 de ellos tienen nombre de países subsaharianos (Zaire, Sudan, Costa de Marfil y Bundibugyo) el 5º es el ébola-Reston que infecta a primates, pero no a humanos. Por el momento y mientras no exista vacuna ni tratamiento, el virus es mortal, y solo si la respuesta inmunológica del paciente es positiva, conseguirá superar la infección.

Los dos pacientes procedentes de África nunca debieron entrar en el país, y máxime teniendo en cuenta que se tenía un total desconocimiento de la enfermedad y una nula infraestructura para su tratamiento, pero su pertenencia a órdenes religiosas provocó que el gobierno antepusiera su posible curación a la posibilidad, por otra parte, real de un contagio a la sociedad, como así se produjo (aunque en este caso y por suerte solo fuera una persona).

Como españoles, las dos personas infectadas tenían todo el derecho a ser atendidas en las mejores condiciones posibles y por el personal más cualificado, que, desde luego, no se encontraba en España, si no trabajando en las zonas cero, es decir en las de mayor incidencia de enfermos y donde la enfermedad tenía y tiene más virulencia.

Desde el principio se supo que nada o poco se podía hacer por los pacientes, pero no obstante se tomó una decisión a todas luces irresponsable, que solo estuvo guiada por un deseo de protagonismo mal entendido y una puesta en escena más propia de una película que de una realidad que, con el paso de las semanas se fue complicando hasta el punto de poner en riesgo vital no solo a los profesionales sanitarios si no al resto de la población.

Mercedes Rodríguez de Castro Peláez,

Minimizar los riesgos de un contagio de ébola o de cualquier otra infección para la que la sanidad española no está preparada (y no lo está para ciertas enfermedades que no tienen vacuna ni tratamiento, y que pueden proceder de cualquier punto del globo) como han hecho cierto número de profesionales médicos, es cuanto menos una irresponsabilidad y han de tener en cuenta que cuando las emiten la sociedad las toma muy en cuenta puesto que aún hoy la palabra de un medico tiene un peso social que, estos profesionales no pueden ni deben tomar a la ligera.

Dos veces el partido popular dispuso de mayoría absoluta en el parlamento, y en las dos tomó decisiones que pusieron en peligro a este país, la entrada en la guerra de IRAQ fue la primera , y termino con los atentados terroristas del 11-M, y en esta ocasión con la decisión de introducir en el país una infección , que no fue a más por el buen hacer de la clase sanitaria y la presión que en todo momento sufrió por parte de algunos informadores que en ningún momento permitieron durante toda la crisis que el gobierno olvidara que su decisión puso en peligro real a toda la sociedad ( gracias por ello a todos/as) y por la que hasta el momento ni tan siquiera ha pedido disculpas, mucho menos hacer dimitir a todos los que con su inoperancia e ineficiencia tomaron en cada momento las decisiones que a la postre contribuyeron a crear el estado de alerta socio sanitaria que padecimos, claro que, entonces hubiera tenido que dimitir el gobierno en pleno, y por el momento la autocrítica con la que todo gobernante debería de enfrentar sus decisiones está muy lejos de alcanzar a quien nos gobierna.

Decisiones como esta, deberían de ser tomadas no solo con un amplio consenso político,( no solo por el gobierno de turno), si no después de haber sido asesorados por los profesionales competentes que son los verdaderamente cualificados para tomar esta decisión, lo contrario, fue una decisión de prepotencia y de ignorancia que estoy segura no será olvidada

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