¡Adiós al 2014!
Aunque no recuerdo con exactitud, desde cuando comencé a escribir en LA NUEVA ESPAÑA, y esta a publicármelo, creo que se remonta como poco, a finales de los 70.
Han pasado como no, muchos años para cualquier persona, aunque muy pocos para la historia de un pueblo. Pero llegados hasta aquí, tanto quien esto escribe, como los trabajadores en general, y algunos en particular, con los que mantengo una relación, que ha sido más o menos intensa a través de los años, siempre recordaré, aquella cena en un restaurante de la calle Cabo Noval, donde por estas fechas, fui invitado a compartir cena y mantel, - y un buen vino de las tierras del Duero -gracias a la deferencia, de Alberto Fernández y Evelio. Tal vez, no lo recuerden con mucha claridad ¡yo sí!, por eso siempre lo recordaré y les recordare como parte de una pequeña, como modesta historia personal, plasmada en la prensa, pero larga en el tiempo.
Este 2014 que finaliza, no quisiera que fuera una excepción, si no todo lo contrario, una reafirmación y un reconocimiento, para con unos profesionales del periodismo, que al menos en mi persona, me he sentido siempre tratado con equidad, justicia y una especial consideración. A eso, también he intentado yo corresponder en mayor o menor media, siempre que he sido requerido, y cuando no.
Dicho esto en justicia, lo que viene a continuación, es reconocer la inmejorable hasta ahora época que nos está tocando vivir a quienes tenemos una edad más o menos similar. Baste recordar, hechos que por sí solos, serán siempre historia con mayúsculas. Desde la lucha por la democracia y las libertades que fuimos arrancando poco a poco.
Primero las sindicales, con aquellas que nos llevaron a ocupar cargos en el Sindicato Vertical, hasta conseguir el primer acto que Tome (q.e.p.d) y yo por la UGT, se hizo a trancas y barrancas, en el cine de Lugo de Llanera. Después las individuales y lo más difícil aun hoy, la reconciliación.
Pero aquello, era el principio de un cambio generalizado que vino después, y que marcará un hito en la historia de las ideas políticas, y más en concreto al Comunismo, y por simpatía al materialismo, con el desmoronamiento del Muro de Berlín, o el derrumbe de la Unión Soviética, y por consiguiente, de aquel fantasma que recorría Europa. Todo, bajo el Papado más largo, que hemos conocido, los que estudiamos en el Instituto Alfonso II; la Academia Llana, Los Maristas, el Loyola o la academia Ojanguren, como fue el de JUAN PABLO II, hoy Santo, por meritos propios.
No menos importante, fue la transformación de la Diputación, en la Junta General del Principado, inaugurada con un presidente como Rafael Fernández, que fue el Suarez de los asturianos. Como también lo fue, el cierre del diario Región, la desaparición de La Hoja del Lunes, y el más reciente, el de la Voz de Asturias. Todo ello, y mucho más que me he dejado en el tintero, componen un puzle incompleto, que nos lleva hasta hoy. Por eso, si se trata de ver la botella medio llena o medio vacía, yo apuesto, por verla medio llena.
Termino, con un recuerdo a quienes no han podido llegar hasta aquí, y con un deseo, de que este año NUEVO, sea para todos los asturianos, mejor que el que se fue, y peor del que vendrá.
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