Dicho de otra forma
A juzgar por los hechos ocurridos desde el año 2008, materializados en ajustes presupuestarios, recortes salariales, despidos fáciles y baratos y desempleo millonario, podría decirse que entre la rosa roja y la blanca gaviota liquidaron el Estado del bienestar. Lo que ahora está en juego es el Estado de derecho. Todo hace presagiar que este club de eruditos que alumbran el Gobierno de España prevé una adolescencia de fuertes convulsiones para el recién nacido 2015.
Siete años, y lo que te rondaré, morena, de apuros económicos haciendo de tripas corazón, de rescate familiar y bancario, de contribución forzada al abuso administrativo y de soportar la pesada carga de la mediocridad representativa, para terminar amordazados por una ley que nace de la psicología primaria de un hombre instruido en expiaciones ajenas. Mientras, el iconódulo, revestido de autoridad ministerial, repara sus culpas bajo el manto de la Virgen del Pilar decorado con la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Y para llegar a semejante extremo, el numerario propone y el Consejo de Ministros dispone y decreta. La Virgen, dormida y ascendida, ahora, también estremecida por obra y gracia de este iconoclasta, no saldrá del asombro.
Volvemos, retrocedimos, a la España suspirosa del devocionario, mantilla y peineta, de púlpito y Tanaj, de lutos eternos, sólo que ahora pagamos las penitencias con muerte por hepatitis C y miseria infantil, las indulgencias en euros de sangre y Europa no termina en los Pirineos; aunque podía, si tenemos en cuenta lo mucho que nos diferencia a pesar de la Historia en común. De momento, aquí no se hace política, se politiza la picaresca; el séptimo y octavo mandamientos cedieron a la tentación y la confusión de las lenguas llega hasta el Consejo General del Poder Judicial y aledaños. En esta España de Rinconete y Cortadillo, tiras la moneda al aire y como esté cerca la horda, quedas expropiado. La integridad moral quedó fuera de los círculos de poder.
Por decirlo de alguna forma: nadar en aguas pestilentes es lo que nos queda. Aislarnos de la herrumbre política hasta que el Naciente alumbre un nuevo día y el temporal de la corrupción permita ver la rama de olivo asida por el pico de la paloma.
¡Volad, canciones, volad! Vuela el amor y en sus alas, el hombre y la libertad! (R. Alberti)
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo