Réplica del Atenéu Llibertariu d'Uviéu (Aldu)

A Félix Martín Martínez (FMM), que en "Cartas de los lectores", del 16 de noviembre pasado, titula "Octubre ha pasado: ¿nada que declarar?".

"–Sí, pronto llegarán las primeras nieves. ¿Y quién se acordará? Las noches comienzan a refrescar. El invierno se acerca" ("Révolte dans les Asturies", de Albert Camus. Montaje del TRAC).

El premio Nobel de Literatura de 1957, A. Camus, y tres compañeros del "Teatro del Trabajo" de Argel, autores colectivos de la obra citada, consideraron –y descartaron– titularla "La nieve", en alusión al silencioso manto que en noviembre comienza a cubrir los montes de Asturias, y como metáfora del olvido susceptible de sepultar el drama humano enfrentado por el proletariado astur en su resuelta decisión de transformación social revolucionaria. Con esta creación teatral, escrita justo un año después (1935), fueron los primeros en conjurar ese olvido y los primeros para quienes aquella fulgurante rebelión emancipadora, libertaria, era digna de "memorar, recordar, celebrar".

Acciones que detesta FMM, cargando contra quienes hoy en día enfrentan ese olvido y aludiéndonos entre los responsables de traer a la memoria común la Rebelión d'Ochobre. (Una respuesta adecuada, que clarifique las muchas cuestiones implicadas en su diatriba –con cita de la misma– exige un espacio del que aquí no disponemos, por lo que hacemos un primer acercamiento).

Coincidimos este año, junto a otros grupos y colectivos, en lo pertinente de memorar este 80.º aniversario. Juntos, pero no revueltos. Cada cual, desde su análisis y su diferente perspectiva. Porque FMM mete a todos esos grupos en el mismo saco de la "izquierda extrema, con los partidos Socialista y Comunista a la cabeza...", que tié guasa –y maliciosa inquina– cómo califica a esos partidos. Saca ese saco ignorando, por desconocimiento o interés cínico, que:

–la tendencia anarquista-bakunista (CNT, FAI, JJLL…) y la marxista-leninista (UGT, PSOE, PCE, POUM, JSU…) divergen históricamente por su posicionamiento frente al Estado, rechazado radicalmente por la primera –libertaria– y asumido instrumentalmente por la otra.

–autoritaria.

En consecuencia, es un error, o falsedad, adscribir una organización libertaria –como el Aaldu– al ámbito de la izquierda, extrema o no, ya que ésta se define por su posición dentro del Estado y aquélla, por su posición contra el mismo, independientemente de la sensibilidad intelectual o la unidad de acción en la lucha social en que puntualmente puedan coincidir.

Y continúa FMM (en resumen) "...que se regodea en celebrar su intentona de golpe de Estado para derribar a un Gobierno republicano, legítimo y democrático". Ignorancia o insidia, ya que:

–el Pacto de Alianza Obrera (AO) en Asturies suscrito por las sindicales UGT y CNT y asumido por la FSA (socialistas asturianos) explicita que (y subrayo lo pertinente) "frente a la situación económico-política del régimen burgués en España se impone la acción mancomunada de todos los sectores obreros, con el exclusivo objeto de promover y llevar a cabo la revolución social… estableciendo un régimen de igualdad económica, política y social, fundado sobre principios socialistas y federalistas". Quedan así expuestas, con claridad meridiana, las aspiraciones que motivan la ansiada y decidida rebelión del proletariado asturiano. La revolución social se convertía en el medio adecuado a la realización de un fin que por el control del Gobierno del Estado no se alcanzaría y que, por el contrario, sería impedido. La contingencia de intenciones ocultas del PSOE, o la necesidad de iniciar la insurrección ante la llegada al Gobierno de la CEDA que implantaría el Estado fascista, no bastan –como abordamos con mayor detenimiento en el blog citado– para concluir que la Comuna Asturiana fue una "intentona de golpe de Estado", obviando su expresa declaración de intenciones y, sobre todo, su práctica revolucionaria.

En consecuencia, carece de base, aparte de ser especialmente odiosa, la comparación que FMM establece entre la memoria que nosotros hacemos de ochobre del 34 y toda una serie de hipotéticas celebraciones "inimaginables", según él, que eventualmente pudiera organizar la derecha todos los años en torno a otras intentonas –dice él– de golpe de Estado, logradas o fallidas. Y carece de base porque no puede establecerse equivalencia entre predicados con propiedades diferentes, tales que "golpe de Estado para cambiar el Gobierno" y "revolución social para abolir el sistema". Amén de que esas "inimaginables" celebraciones no son hipotéticas (elecciones octubre 82: la intentona "operación Cervantes" es desarticulada; el "18 de julio": cuarenta años de celebración a punta de fusil y otros cuarenta en cartelera todos los 20-N y aún tiene, decrépito, pero público; "el 23-F": todavía hay cenas anuales en "homenaje" que lo festejan; y "el 9-N catalán" ¿?... muy bueno, ¡menudo golpe!) en absoluto son hipotéticas; sostener que esas celebraciones son inimaginables para ocultar el hecho de que se han realizado o aún se realizan, es puro ejercicio de "cinismo, desmemoria y hemiplejia mental".

Y es que lamentablemente a la mente de FMM sólo le funciona su parte derecha. Acusa a la "quincena sangrienta" por: "dinamita, armas, violencia, destrucción, devastación, asesinato, fuego y sangre", y relata una serie de sucesos –cuestionables, o exagerados, o mitificados hasta el tópico, o falsificados, o falsos directamente cometidos por "la izquierda", claro–. Pero "¿hubo violencia de parte de los defensores de la legitimidad del Gobierno democrático? Indudablemente", se pregunta y se responde rotundamente. Y punto. Asunto zanjado. Bueno, con "la diferencia" de que éstos "no se regocijan en celebrarlo".

Olvida ¡jodida hemiplejia!, el festín que se dan regulares, legionarios, moros y cristianos, civiles y de asalto, asaltando, robando, desvalijando, saqueando, violando, asesinando, exhibiendo miembros humanos como trofeos y vendiendo en improvisados rastrillos el botín de su victoria. Por supuesto, invitados con carta blanca y con impunidad garantizada por el alto mando de las fuerzas de contrainsurgencia en su ocupación de los barrios populares de Oviedo. "Desde la Calleja al Pando, / sin dejar a Villafría, / hasta la cuesta el Naranco, / era una carnicería”, que grabó el canciu en la memoria del pueblo. Y silencia FMM –porque esto no hay hemiplejia que lo olvide– la orgía hasta el refalfiu en la represión de la insurrección. Represión auspiciada y programada al aleluya desde el Gobierno filo-fascista, a instancias de un Parlamento derechista atrabiliario que clama en gaudeamus por un castigo ejemplarizante con mano dura y sin miramientos, a través del proyecto de ley "de represión de los delitos cometidos últimamente". Ejecutada con regodeo por asesinos reconocidos –Nart, España, Pollato, Díez de la Lastra, Castillo, Margaride, Nilo Tella,... entre otros principales oficiales de los cuerpos armados–, dirigidos con deleite por el asesino jefe, comandante Doval (a) "carnicero de Asturias", bajo las instrucciones dictadas con perversa fruición por el asesino mayor, general Franco (a) "enano veneno de sapu", a la sazón jefe de Estado Mayor, que –en emulación de Thiers (a) "le Bouc" (el gran cabrón), que decretó descomunales matanzas indiscriminadas para someter a "la Comune de Paris" mediante una feroz represión– aplasta la Comuna asturiana a sangre y fuego, promoviendo una represión brutal y salvaje –sistemática y metódica y, a la vez que selecta, indiscriminada– para escarnio de los rebeldes y sus familias y para aterrorizar a la población simpatizante. Para borrar de la memoria del pueblo –curiosamente lo que pretende FMM– su testada capacidad para abolir la sociedad de la explotación capitalista y abrir paso a la creación de la comuna proletaria.

No, la "diferencia" está en que "aquellos" que se proclamaban la autoridad "legítima" actuando en nombre de la ley resultaron ser el poder totalitario ejecutando su voluntad por medio de las Fuerzas Armadas y al amparo de la trampa.