El abuelo ya no está
Érase una vez un niño que tenía una gran imaginación: soñaba con ser tenista, futbolista, abogado, policía etcétera. Ese verano lo había pasado a lo grande sin preocupaciones. Casi todo lo hacía con su abuelo. Su abuelo era divertidísimo, hacía juegos empleando sólo madera, lo animaba a hacer cuentos, a usar la imaginación. Nadie pensaba que iba a morir siete meses después de las vacaciones, porque se cuidaba bien, se alimentaba bien y era muy sano. Pero la vida, a veces, sorprende. Fue un golpe duro para toda su familia; su mujer, sus hijos, sus nietos, y sus dos hermanos, pero los ayudó mucho a estar unidos sin peleas, llorando. Hace poco fue su cumpleaños, lo pasamos mal sin él. Todos lo echamos de menos, pero es imposible saber lo que va a pasar en el futuro; también evitarlo. Hemos pasado buenos años con él, pero hay que aceptarlo, alguna vez tendría que pasar, pero a ese niño lo consolaba saber que lo va a volver a ver en el cielo porque alguna vez también tendrá que fallecer. Mientras tanto, tendrá que madurar y aprender a vivir sin él. Esta pasada Nochebuena fue la primera sin él sentado a la cabecera, sin él abriendo el champán y haciendo saltar el corcho por los aires, sin él viendo la obra que preparamos todos los años...
Me gustaría que siguiera estando con nosotros, ojalá pudiera leer este cuento para saber lo que le echo de menos. Espero que me esté viendo ahora desde el cielo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo