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Un mar mortífero

28 de Enero del 2015 - Ricardo Luis Arias (Aller)

Lo es el Mediterráneo, en cuyas aguas se han ahogado miles de personas que huían del hambre, la miseria, la tiranía o los conflictos armados que asuelan sus países africanos. Se calcula que unos trescientos mil inmigrantes intentaron, inútilmente, alcanzar la costa italiana, y de ellos unos tres mil quinientos perecieron ahogados este año. Y esto no parece tener interés ni preocupar a los países poderosos del mundo, en este caso europeos, algunos de los cuales, ayer, en su colonización, se llevaron sus riquezas y luego los abandonaron a su suerte. Una suerte que hoy es eso: hambre, miseria, opresión y guerras tribales verdaderamente salvajes. Los medios de esos países ricos y poderosos, con espectacularidad y sensacionalismo, recogen y airean las lágrimas de cocodrilo de los grandes magnates y gobernantes, sumidos ricamente en la más despreciable hipocresía.

La huida de África a Europa de esa dolorosa inmigración, donde es mayor y más numerosa es hacia la costa italiana, como acabamos de ver. Sirios y eritreos son la mayoría de esos inmigrantes, pues en sus respectivos países no se puede vivir porque luchas, matanzas y terrorismo causan casi más víctimas que la misma hambruna. Por cierto que, recientemente, a mediados del pasado mes de diciembre, 2014, un barco oceanográfico español, a la altura de la costa siciliana, avistó y socorrió a un destartalado carguero que se estaba hundiendo, por una vía de agua, con unas doscientas personas, muchas de ellas niños. Fueron recogidos y atendidos con dificultad por la falta de espacio y cabida –este navío español, dedicado a la investigación marítima, no es grande y su espacio es el propio para su reducida tripulación–, y llevados a un puerto siciliano. Hemos de destacar que este navío español está mandado por una mujer, de Vigo, primera capitana de nuestra Marina y, posiblemente, del mundo. ¡Toma del frasco, Facundo!

Hala, que se chinchen los machistas, y que vean que la mujer lo mismo gobierna y capitanea un hogar como nadie, lo puede hacer también con un barco, un submarino o lo que le echen. En Celtiberia ya tenemos también mujeres que pilotan aviones de combate con una alta graduación militar. Nada, que las hijas de Eva, la de la manzana o el plátano, están dando fuerte caña a los hijos del zángano de Adán, que no daba golpe. Y llegará un día en el que la mujer gobernará el mundo, en cuya gobernabilidad ha fracasado el hombre. Y entonces será un mundo mejor, en el que la verdadera paz unirá continentes, pueblos y personas en un afán común de convivencia y solidaridad. Ojalá que esto llegue un día a ser verdad. Y que me perdonen los machistas, que son una calamidad.

En Ceuta y Melilla también tenemos nosotros un serio problema de inmigración, con gentes hambrientas colgadas de las vallas pidiendo asilo y una vida mejor. Y a esta dramática situación, tanto en Italia como en España, hay que buscarle una solidaria y humana solución. La que sea.

Ricardo Luis Arias

Aller

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