Sucedió en Asturias...
A finales del pasado año tuvimos la dolorosa noticia sobre dos inocentes niñas, Amets y Sara, que en San Juan de la Arena, por su propio padre, habían sido asesinadas cruelmente... Sembrando de nebulosa tristeza el deleitoso paraje de río, mar y montañas que fuera visitado a finales del siglo XIX y principios del XX por afamados artistas, escritores, pintores, académicos y poetas, quienes veraneaban familiarmente "a sus anchas", sin protocolos de ninguna clase, más que el de la pulcra amistad, de cuyo "sabor" magistral e inspiradamente nos ilustra en LA NUEVA ESPAÑA, comenzando el Año Nuevo (5-1-2015), como siempre, la inspirada pluma del tevergano bardo, gran Celso Peyroux, quien merece, a todas luces, una escultura, no sólo una calle, siempre en vida, como debe ser, no después de fallecido, paso inevitable de los mortales, cuando "todos somos buenos"... Como solemos decir al recordar...
El que suscribe, francamente, todavía no pasa del asombro insospechado respecto de los dos infanticidios que fueron publicitados regional y nacionalmente... Quedándonos, por ende, una muy personal interrogación: ¿qué hubiese sentido y escrito un excepcional visitador de la zona, Darío, Rubén, al respecto? De seguro que en vez de escribir, con su reconocida sensibilidad, hubiera dejado sus lágrimas en un verso, después de llorar... Los buenos asturianos, tal su historia, no son merecedores de tan macabras e inesperadas noticias... Por eso, para ocultar un poco lo dicho, me permito volver a sentir la escritura de unos modestos versos que se escribieron en homenaje al Panida nicaragüense en los años 1988, 1998, 2005, al cumplirse ahora diez años del último reconocimiento, en compañía festejante de sobresalientes amigos, como por ejemplo Román Suárez Blanco, que nos dejara de recuerdo sus palabras que mueve al viento; profesor José María Martínez Cachero, Antonio Masip Hidalgo, Josefina de Alarcos, José Luis Mediavilla y Ruiz; Jaime Menéndez Corrales, José María Fernández del Viso, Manolo Avello inolvidable, los hermanos Cepeda, el artista Méjica, el cordial lugonés José Antonio Coppen, entre tantos, asimismo, el poeta de la mina, Albino Suárez; rogando disculpas por no mencionar a otros, pero que se pueden observar en las páginas de mi "Rubén Darío siempre", como también, nostálgicamente estos versos: "Hoy / vengo a saludarte / ¡madre Patria! / en nombre / de la jungla / americana; / mi pluma / es de quetzal, / cordial hermana / del cóndor rey / del vuelo / en el gran / Ande, / del águila / inmortal / rubendariana... Hoy / vengo desde el mar / de los Sergazos / a tus playas / como un / enamorado, / donde un río / en silencio / te fecunda, / ... el Nalón / que bajando / desde Tarna, / de la manos / mineras / que socaban / los carbones / del vientre / de la tierra. Hoy / traigo al son / de ochocientos / atabales / que redoblan conciertos / de marimbas, / orquestando / en las notas / de tus gaitas / y el cantar / lastimero / de tus hombres, / bajo el cielo / azul-gris-tristes
- / y campestre, / donde bailan / zagales y zagalas / con sus trajes / del típico folclore, / de estos suelos / que saben / de consejas, / filiandonas / de múltiples / historias, / de los hijos / perdidos / en las guerras / o añorados / por no volver / de América... / Hoy / no pulso / mis versos / para hablarte / ni de moros, / cristianos / o de Asturies / en la lid / de lejana / Reconquista; por amor, / nada más, / vengo de lejos, / con aroma / de soles / tropicales, / para darlo / de incienso / por mis poros / a este puerto / sencillo, / marinero, / pues de amores / se trata / nuestra cita. / Frente al mar / toda nave / tiene rutas, / como aquellas / bogantes / carabelas / que Colón / navegara / con destreza / cinco siglos / atrás en magna / empresa... Frente al mar / la epopeya / de dos razas: / La del inca / estepario / de la puna, / sabios mayas, / rapsodas / chichimecas, / y de la recia, / virial, aventurera, / ¡que es de España!
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