Un año electoral
Lo es éste que acabamos de estrenar, que nos va a desperrar, que nos va a costar un dineral con tantos comicios –de "comer" para tantos tragones, fosilizados, que volverán a figurar en las cerradas candidaturas– como en él se van a celebrar, verbigracia, en mayo, septiembre y noviembre. Y por si fueran pocos aun, ahora nos viene la presidenta de Andalucía, muy gayaspera ella, con su proceso electoral para marzo. Nada, que vamos a estar camino de las urnas todo el año, con los millones que cuesta cada plebiscito, que podían solucionar mucho paro y muchas necesidades del pueblo llano, que es de donde salen las perras para tanto despilfarro.
Dos de estos procesos electorales no tienen justificación alguna y sí intereses particulares, bastardos, de quienes los convocan, como son los de Cataluña y Andalucía. En la primera comunidad –de nación, nada, monada–, sabido es de todos lo que allí se está cociendo sediciosamente, tolerado, impunemente, con el alcahuetismo de dos presidentes: Zapatero y Rajoy, responsables de cómo está Celtiberia hoy. Y tanto el Artur Mas como la Susana Díaz, así por la cara, sin contar con nadie, hala, convocan sus comicios (aquí sí que han dado de "comer" los susodichos) con la correspondiente y espectacular compaña electoralista. Y uno se pregunta: ¿acaso un presidente de comunidad puede convocar unas elecciones cuando le salga del ombligo? Bueno, si en la Moncloa habita un don Tancredo, la cosa tiene su explicación.
Sí, cuatro procesos electorales en 2015, cuando dos se podían impedir o evitar y los otros dos, celebrarlos en la misma fecha. Pero como nos sobran las perras, hala, leña a las urnas. En Andalucía, después de romper el pacto con IU, muy antidemocráticamente, porque le conviene a doña Susana, y también para frenar a Podemos, que le está comiendo el zoquetillo. Y con esta gaita, el pueblo andaluz, a las urnas, que pueden dar un susto a la susodicha. En cuanto a Cataluña, bueno, el "quemado" Artur Mas, en su sedicioso y disparatado viaje a ninguna parte, puede llevar también un buen susto. Como juega con cartas marcadas, a lo tahúr, perderá la última baza y terminará dejando en el lodo político y social una honorabilidad hecha unos zorros. Como acaba de hacer el Pujol con su pringue corrupto. Bueno, pues que Mas y Pujol, hechos de la misma madera separatista, que bailen juntos una sardana y así perderlos cuanto antes de vista.
Mucho es lo que nos jugamos en este año electoral. Si todas las formaciones políticas siguen anteponiendo sus intereses ideológicos y de partido a los de España, Grecia nos dejará atrás y nosotros terminaremos siendo el culo de Europa. Hala, a la ruina viento en popa.
Ricardo Luis Arias
Aller
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