No votante; hasta ahora
Esta es la verdad. Hasta ahora había decidido permanecer en hibernación, vamos, en letargo de voto, ya que no merecía la pena confiar en ninguno de los partidos que pasan la vida en eterno rifi-rafe por ver quien consigue llevarse el gato al agua. Estoy harta de corrupción, si, pero no solo de corrupción política. La corrupción tiene su caldo de cultivo en la falta de compromiso con la honestidad y esta característica es, desgraciadamente, inherente al ser humano hasta en las experiencias más cotidianas.
Recogido en la calle:
Corrupción es que un profesor aleccione políticamente a sus alumnos en la Universidad (en cualquier dirección) Corrupción es que un profesor pueda soltar barbaridades del tipo "Las leyes, al igual que las mujeres, están para violarlas" y no pase nada, aunque los alumnos vayan a denunciarlo al departamento habilitado para estas cuestiones. Corrupción es que en una candidatura a la Dirección de un Centro educativo se negocie para favorecer a la familia del contrario con tal de que no se presente. Corrupción es que una persona pueda mantener bocas cerradas porque ha sabido "encantar" (cada uno que entienda......eso que está pensando) a una caterba de "débiles mentales" a cambio de otros favores y pueda campear por terrenos profesionales sin saber "hacer la ó con un canuto". Estoy segura de que mientras leen esto, han podido reconocer a alguien de su entorno. Vaya, que no por ser común, tiene carta de naturaleza para ser justificable. Lo cierto es que Sodoma y Gomorra parecen estar de actualidad, así que, intentemos buscar al menos 10 hombres justos y salvaremos la dignidad.
¿No es hora también de revisar la escala de valores de esta sociedad?
Pues bien, aquí quería yo llegar. Me parece que al Nuevo Mesías, el paladín de la transparencia, el salvapatrias, el que tiende la mano al pobre infeliz indefenso y se conmueve con la desgracia ajena, no puede mantener ya los 10 justos bíblicos. ¡Vaya sorpresa! Sin embargo, yo, mujer, madre, esposa, ama de casa y trabajadora (por este orden) le doy las gracias por haber hecho renacer en mi, la vitalidad de la adolescencia mas combativa para decidir que ¡ya está bien de letargo! Gracias por ayudarme a despertar. Aún no se a quien votaré, pero esta vez, si que lo haré. Tendré que valorar concienzudamente y atendiendo a mi compromiso con la honestidad, quien merece mi voto, pero si tengo algo seguro: YO NO PUEDO, porque hay algo que, debido a mi profesión, no puedo dejar de hacer y que nunca se valora en los habituales análisis políticos, quizá por no tener categoría universitaria (hasta que los ingleses o americanos programen un Doble Grado al efecto): OBSERVAR el lenguaje gestual y ESCUCHAR donde tiene su origen la voz. ¿Recuerdan aquella serie titulada Lie to me (Miénteme)? Muy ilustrativa . El gesto y la voz siempre cuentan la verdad, no las palabras.
Para que ustedes se orienten; según el Psicólogo y Filósofo K.F. Dürkheim, la filosofía que profundiza en el análisis del Hara (Centro Vital del Hombre), "concepto espiritual que se aplica de igual modo a un nivel corporal" distingue entre la voz que sale de la garganta o de la cabeza, de la voz que sale del vientre que es, a su vez, "la expresión de una integración del ser, de unidad perfecta, prueba de amplitud y de profundidad"
"El que pronuncia palabras profundas con una voz de cabeza, no se le toma en serio, sospechando que no sea sincero".
Dicho queda. Lo dejo a su consideración
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