Cadena perpetua revisable
Estos días se ha puesto de moda el falso debate sobre la aprobación de la ley que contiene la cadena perpetua revisable en nuestro país. Me llama la atención la cantidad de políticos que critican esa nueva medida, reivindicada por muchos ciudadanos desde hace años.
Solamente me gustaría que el lector se pusiera o pusiese en la piel de unos padres que han perdido a su hija por un violador/asesino o a un hijo en un atentado. Cuando has perdido a un ser querido de forma violenta, lo mínimo exigible es que esa persona se pudra en la cárcel el resto de sus días, a no ser que se reinserte en la sociedad de forma controlada; es algo lógico y normal. No pedimos la muerte, pero no es de recibo que quitar una vida solamente se pague con menos de diez años de reclusión. Quitar lo más valioso que tenemos, que es la vida, no debe salir gratis.
Particularmente, cada vez que hablo con cualquier conocido y sale a relucir este tema, nunca encuentro a nadie que no esté de acuerdo. ¿Es que nuestros políticos viven en otro mundo?... En realidad, sí, viven en otro lugar, por encima del común de los ciudadanos, y este tema es un ejemplo más. Seguro que habrá personas a las que no les guste la medida, pero es fácil resolver la duda: un referéndum aprovechando las próximas elecciones autonómicas y, ya de paso, que nos pregunten sobre los nacionalismos, la corrupción y demás problemáticas. Copiar algo de lo que funciona en Suiza no nos hará daño, no todo va a venir de Venezuela.
Estaremos encantados de darles un baño de realidad.
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