Lágrimas de cristal
El día 7 de enero Europa se vistió de luto, el atentado terrorista a un medio de comunicación francés hizo que se volviese a sentir el aliento del miedo y la
inseguridad, esta vez más cerca del corazón que domina, gobierna y toma las decisiones, que no podían creer que tal cosa les pudiera pasar a ellos.
Todos los terrorismos son iguales, no importa de dónde provengan, o que argumentos esgriman como coartada para la muerte, al final ya sean religiosos, separatistas, nacionalistas o cualesquiera otros objetivos que persigan, terminarán siendo inútiles. Lo sabemos bien quienes hemos padecido el terror del nacionalismo separatista durante 40 años y vivido el terrorismo islámico en el mayor atentado de Europa, no consiguieron hasta el momento sus propósitos, pero ambos nos llenaron de dolor y de lágrimas que con el paso del tiempo se fueron endureciendo como nuestros corazones por el olvido y la indiferencia con que fuimos tratados, como si nuestros muertos no fueran lo suficientemente importantes para ser llorados.
Que diferentes las imágenes de Paris y las de Madrid de hace 10 años, el mundo se movilizó para apoyar a Francia, jefes de estado y gobiernos apoyaron con su presencia a los franceses en esos trágicos momentos. La soledad internacional que vivió nuestro país fue aún peor si cabe por la indiferencia y el mal hacer con que nuestros gobernantes de entonces trataron aquella tragedia, a las victimas, y a sus familias que aún hoy después de 10 años siguen siendo maltratadas y apartadas incluso por otras victimas mediatizadas éstas por unas siglas políticas, como si no hubiera sido suficiente pagar con la vida la barbarie de los que pretendieron y pretenden arrodillarnos para imponer su voluntad.
Ésta no era la Europa que soñamos, la que anhelamos durante tantos años, nos convirtieron en un país periférico, realmente después de todo lo pasado no sé lo que significa periférico ( no somos Europa, no somos europeos, solo somos contribuyentes y receptores) qué demonios somos, por fin después del atentado de Paris lo supe, estamos pero no somos , después del atentado y posterior manifestación supe que 40 años de terrorismo de ETA y casi 200 muertos por la barbarie islamista no nos habíamos ganado el derecho de ser, pero lo peor fue comprobar que no sólo somos periféricos los vivos sino también los muertos.
Casi todo el mundo estuvo en Paris, arropándolo, sintiéndolo, llorándolo apoyándolo, que lejos de la soledad vivida en el nuestro.
Rabindranath Tagore dijo, si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejaran ver las estrellas, hace tiempo que nuestras lagrimas nos impiden verlas, se han endurecido como el cristal, como nuestra alma, ojala podamos olvidar y volver a sentirnos integrantes de ese grupo de países que está por encima de sus gobernantes que separan y dividen a los vivos pero también a los muertos sin entender que todos somos uno y el llanto de uno lo es de todos, solo así seremos irreductibles y nadie podrá dañar esta cuna de cultura y humanismo que es Europa, que es de todos y para todos.
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