Nos pelearemos por el hueso que nos pudiera dar el jefe:
El PP, ya no se esconde de nosotros, lo dice claro y alto por si alguien despistado no se hubiera enterado de sus planes siniestros con la reforma laboral cruel que nos endiñó. Quiere salir de la crisis haciendo nuestra economía más competitiva (no con imaginación, calidad, creatividad e innovación) si no, a base de bajar salarios. Lo cual como decía L. G. Carrillo: La competencia laboral convierte a compañeros en perros de guerra por el hueso que en caso le pudiera botar el Jefe.
Jamás para tener éxito debemos competir contra la inteligencia de los demás, sino que para ser más inteligente que ellos, debemos competir contra nuestra propia inteligencia. ¿Qué nos propone el PP? que para ser competitivos, hay que empobrecer a los trabajadores, para ponerlos a la altura de los Países más miserables, cuando la solución sería buscar esa referencia en quienes no degradan la vida de sus ciudadanos.
Hay que ser competitivos pero bajo una economía sostenible, y la clave está en la innovación, no en empobrecer al 80% de la población y ¡claro! ese 20% restante es el que ve las raíces vigorosas de Rajoy. Todo esto, es caldo de cultivo para convertir este País pacífico en violento e inseguro, ya que nadie pretenderá vivir en una Isla de prosperidad, rodeado de miseria sin que ésta le invada. Estos mismos, los que no se cansan de referirse a Venezuela despectivamente (los del PP) quieren con sus políticas, que nuestras gentes sufran en sus carnes lo que ellos tanto critican de ese País, donde la mayoría son pobres al servicio de unos pocos ricos.
(José Luis Sampedro: El sistema actual está dominado por tres palabras mágicas: Productividad, competitividad e innovaciones, que deberían ser sustituidas por repartición, cooperación y recreación) Pero el único reparto que saben hacer bien estos de la sede de Génova son billetes de 500 euros en sobres, entre ellos mismos. Nos proponen competitividad con salarios y relaciones laborales próximas a la época de la esclavitud, pero lo curioso es que sus sueldos que se pagan entre estos que ellos esclavizan, los mantienen a un nivel que niegan a los demás. Es todo tan difícil de encajar que, o los echamos rápido del poder de decisión, o nos dejarán tocados y hundidos para siempre.
Una empresa que despide trabajadores o baja salarios sin más motivo que abusar de esa reforma laboral, donde Justicia, leyes y Gobiernos no hagan nada por impedirlo, se convierte como en una ficha de dominó destructora a su alrededor, que irá tirando en cadena a otras, pero a consta de caer ella también. Curiosa manera de autodestruirnos, sin que la imaginación y la rebeldía, de para más que presentirnos pelear por el hueso que tengan a bien estos sujetos ofrecernos.
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