Sin acritud
Todos nos rasgamos las vestiduras ante la corrupción que campa a sus anchas por este país, pero luego si podemos evitar el IVA en alguna de nuestras compras o reparaciones, lo hacemos; si algún funcionario amigo o familiar nos echa una mano para adelantarnos en una lista de espera, lo aceptamos; si nuestro asesor fiscal nos dice que aprovechando una rendija legal pagaremos menos impuestos, lo hacemos; si para lograr alguna subvención o ayuda, hay que ocultar algún dato, se oculta, y así muchas otras prácticas irregulares que están consentidas e instaladas en esta sociedad.
¿No es esto un gran ejercicio de hipocresía social?
PD: La corrupción que más nos escandaliza siempre es la del otro.
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