La famosa epidural
Como anestesiólogo de profesión y picado por la curiosidad, la mismita que mató al gato, me dispuse a leer un texto del periódico del pasado domingo 15, titulado “Los riesgos de parir sin dolor”, escrito por la ginecóloga Carmen Pérez Novo.
Cuál fue mi primera sorpresa al comprobar que el tema central era la famosa epidural en el parto, y que no estaba escrito por un especialista en la materia. La curiosidad fue en aumento.
Tras haber completado la lectura del artículo en cuestión, me vi en la necesidad de hacer unas cuantas puntualizaciones, y por eso escribí esta carta, que espero sea publicada.
Primero: La técnica empleada durante el trabajo de parto para mitigar el dolor de las futuras mamás es “analgésica” y no “anestésica”.
Segundo: Desde luego que la petición de la analgesia epidural no resulta coherente con el deseo de un parto natural, partiendo de la base de que en este tipo de parto no se contempla ninguna intervención extra, y mucho menos una técnica médica anestesiológica.
Tercero: Lo único claramente demostrado, hasta la fecha, es la relación entre la analgesia epidural y la mayor frecuencia de instrumentación de los partos (ventosa, fórceps).
Cuarto: El empleo de la analgesia epidural es siempre, y digo “siempre”, elección de la mujer, y no “casi siempre” como se dice en el texto. Si la parturienta no quiere y no otorga su autorización por escrito al anestesiólogo, éste no puede hacer nada. De hecho, la primerísima contraindicación para realizar esta técnica, y cualquier otra, es la falta del consentimiento informado de la usuaria.
Quinto: Como texto con finalidad divulgativa, no veo la necesidad de mezclar el tema de la analgesia epidural con el de la medicina defensiva, sacado a colación del porcentaje de cesáreas practicado y su mayor o menor idoneidad.
En fin, espero que se me permita hacer estos comentarios como especialista en la materia, sin ánimo de ofender a nadie y con la única finalidad de servir de aclaración.
Quiero terminar mi carta con las dos únicas sentencias en las que coincido con la ginecóloga autora del texto:
A: La analgesia epidural ofrece un elevado grado de confort a las mujeres en trabajo de parto y, si no, que se lo pregunten a las implicadas, y
B: Lo único que deseamos todos los profesionales implicados es la finalización exitosa del parto, tanto para los padres como para el recién nacido.
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