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Cazar/pescar animales

23 de Febrero del 2015 - Luis Miguel Garcia del Campo (San Juan de L´rena)

Me pregunto, que diferencia existirá entre cazar, matar, asesinar, ajusticiar, fusilar, sacrificar, liquidar, aniquilar, eliminar, fulminar etc. Pues casi todas ellas están dibujadas en nuestro Código Penal y todas ellas se las aplica al ser humano contra otro/s ser/es humano/s, pero cuando nos referimos a otras especies, ahí ya se desdibujan casi todas ellas.

Hace unas fechas, he tropezado con una montería de Jabalí, aquí en Asturias. Donde unos cazadores ataviados como para una representación circense, pertrechados con abundante aparatos tecnológicos esperan en unos puestos determinados, rodeando un monte y donde una rehala de perros achuchan a los jabalís ocultos para que estos, al intentar la huída, se personen delante del presunto cazador que como el que yo tenía delante, padecía evidentes signos de ingesta del alcohol.

El empleo de las palabras descritas al comienzo no es simplemente un detalle más en el comportamiento y personalidad de éstos individuos, sino un gran síntoma de desorden mental. Los individuos que cometen este tipo de acorralamientos tecnológicos contra los animales no se detienen allí, hoy dicen que quieren matar Osos y mañana continúan con sus congéneres humanos.

La tortura y el asesinato de los animales son una señal de alerta que casi siempre oculta un maltrato infantil. Los niños que maltratan animales están repitiendo una lección aprendida en casa, reaccionan al enojo o a la frustración con violencia, que suele recaer en el miembro de la familia más vulnerable: la mascota.

Aquellos que no dan importancia al abuso animal y que lo califican como un crimen menor, no están conscientes de que son una bomba de tiempo. Debemos aprender a reconocer que el maltrato hacia cualquier ser vivo es inaceptable y nos pone en peligro a todos.

He leído algunas definiciones de cazador-dora: Persona que persigue y captura animales; Se aplica al animal que por instinto persigue y caza otros animales para comérselos; Que caza por oficio o por diversión. En nuestra Asturias, no veo a cazadores persiguiendo nada, ni capturando nada, ni persiguiendo nada y para mayor desgracia no se comen lo que cazan; es decir que se mata por diversión. Un ejercicio deshonesto que nada tiene que ver con el arte de cazar para subsistir que empleaban nuestros antepasados.

En alguna ocasión, en algunos reportajes de La Nueva España, he visto fotografías de cazadores asturianos con poses de exhibición y alarde con animales muertos y entre alguna de ellas, he detectado nuevas generaciones. Las víctimas más comunes de maltrato inicial son los animales de compañía o mascotas, usualmente perros y gatos. Tenemos a muchos asesinos en nuestra España que han iniciado sus prácticas matando y torturando animales cuando eran menores de edad. Los inicios de éstos más comunes eran pegar, patear, acuchillar, tirar, quemar, ahogar, colgar, envenenar, mutilar etc. a los animales mas próximos.

El niño que golpea o tortura un animal podría crecer y herir y hasta matar un ser humano. El padre que le da una patada al perro podría estar golpeando a su esposa e hijos. El niño que lastima a un animal posiblemente ya es testigo de actos de violencia en su familia y así, un largo etc.

¿Por qué esa crueldad con los animales?. Hay muchas razones. El maltrato hacia los animales es comúnmente cometido por personas inseguras con baja autoestima. Estas se sienten sin poder y bajo el control de otros. El motivo podría ser para intimidar, amenazar, asustar, ofender ó rechazar las reglas de la sociedad y por lo que veo y observo, aquí en Asturias, lo intentamos resolver de la forma mas fácil: Con la escopeta. En resumen; la crueldad intencional como la caza por diversión que se practica por aquí tiene que ser motivo de preocupación de nuestras autoridades porque es una señal de serios problemas psicológicos que en el futuro tendremos que solventar con el Código Penal.

Los gravísimos errores que se están cometiendo hoy en día en la mal llamada práctica de la caza y en la que se emplean elementos tecnológicos de última generación, contra seres indefensos capaces de experimentar dolor y estrés es inaceptable en una sociedad civilizada. Lo que me hace pensar, que aún no lo somos.

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