Nos hemos aborregado por encima de nuestras posibilidades
A buena parte de nuestra sociedad le trae sin cuidado el "caso Monedero", pues no le consta que se haya tirado a ninguna prima de la Pantoja. Pero a buena parte de la sociedad sí que nos preocupa. ¿El señor Monedero ha aprovechado esa situación que tanto le irrita: pegar un pelotazo en base a una buena relación con una administración pública? ¿Está el ministro de Hacienda utilizando una información privada y personal de modo partidista? ¿Es Monedero una persona autorizada para dar lecciones de moralidad? ¿Hay una campaña dirigida por los medios -dirigidos, a su vez, por el bipartidismo- para difamar al adversario político que crece en las encuestas? ¿Al final mucha palabrería, pero son todos iguales? ¿Es casualidad que estos ataques coincidan con el auge en las encuestas de Podemos y la victoria en Grecia de Syriza? ¿Son Pablo Iglesias y compañía los grandes salvadores de la humanidad y la casta trata de poner trabas al logro de una sociedad más justa, solidaria y maravillosa? Y si Ciutadans llega a suponer una amenaza firme para quien ahora tiene el poder, ¿también se orquestará una campaña de difamación para hacernos ver que la única propuesta sensata de Gobierno es lo de siempre?, ¿de verdad es tan fácil dirigir un rebaño?
Todos estos temas, y otros, nos preocupan a buena parte de la sociedad, porque creemos tener derecho a vivir en un país con una democracia avanzada... pero tampoco tanto, al menos a la inmensa mayoría -de esta parte, digo, la otra ya está fuera de juego-. No será necesario, una vez más, hacer nuestro propio análisis, pensar por nosotros mismos. Probablemente, antes de que el señor Monedero comenzara con sus explicaciones, nosotros ya teníamos muy claras las conclusiones: menudo sinvergüenza / ya ha quedado todo claro, ¡podemos!
Y para reafirmarnos, esperaremos a que nuestros medios de difusión de ideas (perdón, medios de comunicación) de confianza nos aporten su interpretación y así nosotros podamos discutir en el bar defendiendo "nuestras" posturas, si es que las tenemos. Y así, con todo.
Las cuestiones políticas no son ajenas a nosotros. Si tenemos una buena o mala educación, sanidad, si tenemos dinero para ir al cine, si está bonito o no nuestro barrio o si tenemos un trabajo digno depende de todo esto. España no es el peor país del mundo, ni mucho menos, pero supongo que todos estaremos de acuerdo en que podría ser infinitamente mejor... si recuperásemos la soberanía. A mí no me gustaría tener una sociedad en la que todo el mundo piense igual, pero sí una sociedad en la que todo el mundo piense. Y es que nos hemos aborregado por encima de nuestras posibilidades.
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