Encuentro matrimonial
Ahora, hoy, que hasta en las bellas artes se tiende al gigantismo y que a Jesús lo echaron de la fiesta, pequeños eventos como el celebrado en la Casa de Ejercicios de Latores, este último fin de semana, puede considerarse un acto agradable a Dios y útil al prójimo.
Durante 46 horas un equipo, un quinteto, dialoga con unas cuantas parejas y algún consagrado, estimula e impulsa el compartir sentimientos personales aflorando situaciones íntimas y entrañables que impregnan y emocionan a los asistentes.
Pues este movimiento, Encuentro Matrimonial, que tiene su origen allá por los años 60 del siglo pasado y que se ha extendido por todo el mundo, promueve una experiencia orientada a recobrar la ilusión de la boda (o de la ordenación); a liquidar la rutina,, a devolver la alegría a los matrimonios, que a su vez, ha de repercutir no sólo en su entorno inmediato, sino que, la gran beneficiada, directamente, es, la familia toda. En esta vivencia se enseña a manejar una herramienta nueva, ¿o eterna?, que es el diálogo sin pre-juicio. Le llamamos 10/10. Porque, ¡todos tenemos derecho a ser felices!
El fundador de este movimiento, director de un colegio, había observado que los padres de los niños que marchaban bien, también ellos iban bien como pareja. ¡Eureka!, cuidemos a los padres para tener éxito, incluso académico Deberíamos ser más conocidos, más apoyados,, pues en la buena relación de la pareja está el origen de todo: la transmisión de los valores y de la fe Y el incuestionable amor a lo bello, sustituido en el presente, tantas veces, por la ignorancia amante del disparate.
Gracias a las hermanas que atienden la Casa de Espiritualidad, por lo bien tratados que nos hemos sentido, acogidos y atendidos.
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