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El consejero de Sanidad y la hepatitis C

26 de Febrero del 2015 - Manuel José González Anadón (MOREDA DE ALLER)

Señor Consejero: Soy un enfermo de hepatitis C, contagiado quién sabe cuándo por el Sistema Nacional de Salud. Diagnosticado desde el año 1989, sometido a tratamiento con Interferón en el año 1994, tratamiento suspendido antes de su finalización por los alarmantes daños que me estaba produciendo. Llevo media vida peleando con esta pesadilla y cuando finalmente los investigadores consiguen un medicamento que cura esta enfermedad, el mismo Sistema de Salud que me contagió me niega su administración, aduciendo su elevado coste. Sí, sí, señor Consejero, los enfermos sabemos que la versión "oficial" no es ésta ya. Lo que ustedes intentan transmitir a la opinión pública es que estos fármacos de nueva generación se están administrando "normalmente" con criterios terapéuticos, y la realidad es que desde una opaquísima comisión creada por ustedes se están rechazando las peticiones de los hepatólogos del Sistema de Salud para sus enfermos de forma sistemática. Sí, señor Consejero, ya sabemos que hay pacientes que han recibido la bendición de esta comisión. También nos gustaría saber con qué criterios. ¿Cómo es posible que decenas de enfermos en Asturias con fibrosis hepática en última fase estén recibiendo la negativa de esta comisión? La comisión para el uso racional del medicamento, cuya creación estoy seguro de que contó con la aprobación de la mayoría social, nació precisamente para lo que su nombre sugiere, para poner orden en lo que es un despilfarro diario de medicinas. Ustedes la utilizan para negar la curación de decenas de miles de personas y no hacer frente al coste que supone. Mire usted, la realidad es que nuestros gobernantes de los últimos 25 años (en los que se han hecho cosas muy positivas, ¡cómo no!) han sido, en general, unos derrochadores y unos pésimos gestores del presupuesto. Además, han querido convencernos de que íbamos camino de convertirnos en líderes económicos mundiales. Desde el esperpéntico y patético señor Aznar (culpable de que muchos españoles pasásemos vergüenza de serlo), liquidador, con sus secuaces, de la mayor parte del patrimonio empresarial de los españoles, pasando por el pobre señor Zapatero, puesto en el cargo para ser mangoneado por toda la tropa que tuvo alrededor, continuador del despilfarro y del "somos los mejores" y su célebre "ahora vamos a por Francia", y llegando a la situación actual, en la que nuestro Gobierno se encuentra en Berlín. Si este país no fuera el segundo del mundo en kilómetros en servicio de Alta Velocidad ferroviaria (sólo por detrás de China) no estaríamos en la situación en la que estamos: ¡negando las medicinas que curan a los enfermos! Lo escribo y me cuesta creerlo. Para terminar, le adjunto una frase pronunciada por el exconsejero de Renfe César Molinas: "Sería mucho más barato transportar gratuitamente a todos los pasajeros del AVE, a la hora que ellos quisieran, en automóviles Mercedes-Benz de último modelo. Lo del AVE es una locura. Con la única excepción del tren de levitación magnética que une Shanghai con su aeropuerto, los trenes de Alta Velocidad españoles son el medio de transporte público más caro del mundo". Y sólo habla del coste de funcionamiento y no de lo que nos ha costado construir la infraestructura y adquirir los trenes. Miren ustedes, cierren el AVE un año, dos años, lo que haga falta hasta que curen a todos los enfermos. Claro, la vaca no da para todo. Sabemos de la afición de los políticos españoles (de todos) a las grandes obras que generan los grandes sobres y las grandes comisiones. Pero detrás de ustedes hay casi 50 millones de españoles que en cualquier momento pueden estar en la situación en que yo y miles como yo estamos ahora. Si ustedes duermen bien, no tienen la sangre infectada, la tienen envenenada. No son personas dignas.

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