Heredar en Asturias
Heredar ya no es un regalo ni un privilegio. La Constitución dice que todos los españoles son iguales ante la ley. ¿Por qué razón el Estado representado por el Rey y gobernado por el partido de turno permite que haya tantas diferencias? Lo que los padres trabajaron para sus hijos se lo quedan los políticos para sus lujos, para sus caprichos, haciendo construcciones que no tienen uso, y para sus colocaciones posteriores y sus jubilaciones, porque ellos no se rebajan los sueldos y lo que recaudan no es para sacar de la pobreza a familias desahuciadas, sino para ayudar a los más ricos: los banqueros que siguen ganando dinero a espuertas. Los costes de las herencias en Asturias son un verdadero expolio como lo hacía la Inquisición cuando condenaba a aquellos infelices no sólo a morir sino a perder toda su hacienda. No extrañan, pues, las depresiones y hasta los suicidios de los que ven arrebatados sus bienes por una fiscalidad devoradora.
Hoy en día cada vez son más las herencias que se rechaza, porque en nuestro país está montado para que el Estado se quede con ello. Cuando una persona fallece, para que los herederos puedan recibir la herencia tienen que pagar los impuestos antes de recibirla, tienen seis meses para pagar y otros seis si solicitan una prórroga (por supuesto, pagando los intereses de demora), y si no tienen el dinero para hacerlo, tienen que rechazarla y se queda el Estado con ella. La Administración sólo acepta dinero en efectivo, y si hasta ahora muchas personas debían endeudarse o malvender parte de la herencia para hacer frente al pago de este impuesto, ¿qué pasará a partir de ahora en un entorno de crédito muy restringido y de práctica imposibilidad de venta de inmuebles a un precio equitativo donde los bancos lo que menos quieren aceptar como garantía son pisos de los que están deseando deshacerse. Y el valor de los inmuebles en el recibo del catastro que cada vez aumenta más y más sin corresponderse con el valor real y al que luego añaden el coeficiente multiplicador.
Raimundo González Rodríguez
Oviedo
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