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Adiós a Casa González Suárez

1 de Marzo del 2015 - Enrique Álvarez Areces (Madrid)

Cuando las grandes empresas se establecen en las ciudades con sus cadenas de negocio y productos a precios competitivos, cuando el mercado está definido por la consecución de los objetivos a cualquier coste, y el tejido comercial de las urbes se homogeniza con compañías nacionales e internacionales que venden productos similares aquí y a cientos de kilómetros de distancia, llama la atención por su singularidad el que aún sigan existiendo pese a todas las dificultades, negocios familiares heredados del duro trabajo y el esfuerzo de sus mayores.

Lamentablemente este tipo de tiendas ya son excepciones en las ciudades, presionadas por el empuje de compañías y franquicias poderosas, por los cambios de vida en los centros urbanos que miran a estos vetustos locales como oportunidades de nuevos negocios orientados a la sociedad de consumo actual, o bien porque a sus titulares les llega la hora del merecido descanso. En Oviedo, cada día son menos este tipo de negocios los que superar a diario las duras exigencias del mercado y que hace años eran lugares de referencia en el mercado local.

Finalizando el pasado año una de estas tiendas cerró definitivamente sus puertas tras 90 años abriendo día tras día, Casa González Suárez, en el número 8 de la calle Ramón y Cajal. Su titular Alberto Menéndez Suárez conocido ovetense por su negocio y amigo, me comentaba la pasa Navidad días antes de cerrar su tienda como desde detrás del mostrador observó la transformación de la ciudad y el cambio de las formas de consumo y vida de los ciudadanos. Gran conversador, Alberto me relató sin olvidar el más mínimo detalle toda la historia de este tradicional negocio que echáremos en falta. Sus inicios allá por el año 1925 cuando D. Alberto Menéndez Ugena abrió el primer comercio con el nombre HA Menéndez en el número 13 de la calle Arguelles, fue años más tarde en 1929, cuando por necesidad de espacio se trasladan a la que fue su ubicación durante todos estos años en la calle Ramón y Cajal.

Desde la experiencia de los años cumplidos Alberto me relató con todo detalle los problemas superados y las alegrías compartidas, los duros años de la guerra civil en los que la tienda continuó abierta, siendo en el año 1934 cuando su tío adquiere la titularidad del negocio bajo la denominación Casa González Suárez, nombre que conservó hasta su cierre el pasado fin de año.

Con 18 años de edad Alberto empieza a trabajar en el negocio familiar, ayudando a su tío y es en los años 80 del pasado siglo cuando adquiere la titularidad de la tienda que mantiene en activo hasta el momento que considera que llegó el tiempo de su merecido descanso a sus 84 años de edad, 64 años al frente del negocio, toda una vida!.

Entrar en el número 8 de la calle Ramón y Cajal era una satisfacción, lámparas de todo tipo colgaban del techo, pequeños cajones, estanterías y hasta un corredor en la primera planta conformaban la decoración en madera que se hizo ex profeso para aquel lugar en una antigua ebanistería de la calle Mon, y su escaparate en el que nunca faltaba un cartel o un anuncio en alusión a su querida Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Y es que como negocio casi centenario, estaba impregnado por la vida social de Oviedo, de hecho Alberto en los últimos días antes del cierre apuntó meticulosamente en un listado con el título personajes y personajillos que visitaron el Comercio Casa González Suárez aquellas personas que pasaron por su negocio y a su juicio eran merecedoras de estar en aquel selecto listado. Obispos, catedráticos, políticos, pintores, futbolistas, toreros, prestigiosos escritores hasta ministros, estaban entre sus notas reflejo de toda una vida.

En los tiempos en el que su negocio era el referente en material eléctrico de la ciudad su clientela era variada, la Universidad, los Dominicos que pasada la guerra construyen el colegio surtiéndose del material necesario en su tienda, el Ayuntamiento y multitud de personas anónimas que día a día pasaban en busca de una bombilla, un enchufe o luces navideñas para el Belén en los días de Navidad.

Próximamente se abrirá un nuevo negocio más adaptado al comercio de los nuevos tiempos, pero Alberto me comenta y recibo la noticia con satisfacción, que el nuevo titular tiene la intención de conservar el corredor, los cajones y los muebles de madera que durante décadas pudimos contemplar cada vez que nos acercábamos a esta tienda familiar. Esperemos al menos poder contemplar la decoración de la antigua Casa González Suárez para que no caiga en el olvido y seamos conscientes de que en aquel lugar hubo un comercio que ha pasado a formar parte de la historia de la ciudad de Oviedo y que si llegó hasta nuestros días fue gracias a la dedicación y el amor que Alberto Menéndez Suárez y su familia puso a su negocio familiar hasta cumplir sus 84 años.

Alberto, ahora es el momento de tu merecido descanso y la satisfacción de que al cerrar las puertas de tu negocio familiar has abierto otras al recuerdo y al cariño con que sin duda recordaremos el número 8 de la calle Ramón y Cajal.

Enrique Álvarez Areces

Madrid

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