Perlitas y populismos
Tiempos ha que quienes aceptaron dinero, cargos y prebendas pasaban a ser convictos de corrupción y latrocinio; socialmente era visto como el peor delito, no concediéndole la remisión ni el perdón.
Ahora surte un efecto contrario; que es envidiar a quienes han aceptado cargos y dinero, perdonar y admirar a los culpables y odiar a quienes los censuran.
Abriendo el camino hacia soluciones demagógicas, que bien pueden ir encaminadas a instaurar una tiranía.
La primera fase del populismo viene abonada por el chavismo en Venezuela, el evismo en Bolivia, el castrismo en Cuba o Podemos en España, etcétera; estando vinculado en cuanto a su nacimiento a la crisis económica y a la corrupción de los partidos convencionales.
La segunda es la utilización del enfrentamiento social buscando la fractura y utilizando la táctica de que disponen (véase la manifestación de Podemos del 31 de enero de 2015, qué banderas ondeaban).
La tercera es conquistar el Gobierno de la nación, procurando, a través de las urnas, copar el poder. Produciéndose, acto seguido, el vaciamiento del sistema, el dominio de estamentos y medios, acompañado todo ello con la persecución de los disidentes y periodistas plurales y veraces.
Ya en las perlitas y soflamas que lanzan no tienen empacho en decir que la gente está harta de traidores a la patria y de corruptos.
Ser traidor a la patria es tener a los líderes de la oposición encarcelados, los supermercados vacíos, farmacias sin medicamentos, etcétera, formando largas colas hasta para comprar un simple rollo de papel higiénico, etcétera.
Si usted es patriota, tiene ocasión de demostrarlo públicamente desmontando los vídeos que existen de usted haciéndole loas a ETA.
Utilice usted su supuesta influencia, o influencias, con el régimen bolivariano para extraditar a España a terroristas de ETA y pedir la libertad de los líderes de la oposición encarcelados en Venezuela.
Le recuerdo que en España tenemos y queremos una democracia, con derechos y deberes, por supuesto, para que usted y yo podamos decir perlitas sin que nadie nos tenga que imponer "tía, te lo tienes que tapar" y para que nadie nos imponga en nuestra libertad ni un alfiler, ni un esparadrapo o un simple imperdible; eso es la democracia, entre miles de cosas más.
O prefiere usted ése su "tic-tac, tic-tac", al que recurre produciendo ese compás, un sonido sórdido cual martillo percutor de un revólver.
Qué ocasión perdió usted ese día de su tic-tac si se hubiese arrancado por un pasodoble español como "Paquito el chocolatero", "Suspiros de España" o la "Virgen de la Macarena", etcétera. Pero no me extraña que a un politólogo las cosas más populares de España le suenen a cutres pachangas.
Ya habéis enseñado la pata bastante por debajo de la puerta, es la pata del lobo del cuento de Caperucita.
Tenemos todos que tener cuidado cuando llegue el día de aprender la lección, al depositar nuestras libertades en manos de quienes no lo merecen, para después no repetir el "yo pensaba", "yo creía", "mire usted".
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