Universidad, esa pareja feliz

Wert y Gomendio, la pareja del Ministerio de Educación, ministro él y secretaria de Estado ella (su número dos), tan unidos ideológicamente y demás, que son pareja de hecho. Wert y Gomendio, Gomendio y Wert, monta tanto, tanto monta, el ministro como la secretaria.

Y muy felices se les ve. Qué gozo para ella cuando su novio Wert echa sapos por la boca contra la universidad, contra la mejora de la calidad educativa (LOMCE), contra los alumnos (becas). Y ella siempre le supera y apostilla. Son como dos talibanes del neoliberalismo economicista e ideológico en Educación. Pero Gomendio aventaja a Wert en fundamentalismo. Este neoliberalismo pretende cargarse lo público, impulsado por las tendencias e ideas de los grupos económicos y tecnológicos del poder financiero. De esta manera favorecen el “negociete” privado de la educación superior. La feliz pareja huele en sus últimos “decretazos” ministeriales, huele decimos, a incienso y mirra, encumbrados por acérrimos neocatecúmenos de cogullas y aznaristas de la Faes.

La vienen liando parda, pues tres cuartas partes del país (incluso militantes y votantes del PP) han estado en huelga por la LOMCE antes, y ahora por el “decretazo” que modifica profunda y negativamente las enseñanzas para las universidades en su conjunto (grados, másteres y doctorados). Esta reforma del plan de flexibilización del sistema universitario encarecerá más del 81 por ciento los estudios superiores. No es un modelo ni más barato ni de mejor calidad.

Ella, Montse Gomendio, va más allá, al poner sal y pimienta a los temas con los que ya Wert exaspera a la comunidad educativa. Dice la secretaria de Estado que nuestro sistema universitario es insostenible. Y se queda tan pancha, la amiga Montse, después de ser España uno de la países europeos que menos ha gastado en educación. Y si hay algo insostenible, como afirman los sindicatos y rectores, son las brutales políticas de recorte del ministerio de Educación.

La pareja tiene en su contra a casi todos los rectores de universidades (CRUE), pero ellos, erre que erre, siguen metiendo el dedo en la herida de Educación.

El sistema universitario público español sí es sostenible, le contestan, airados, los rectores. Y lo rebaten con argumentos de peso, tildando a Gomendio de imprudente por éstas declaraciones, afirmando que los datos que maneja la secretaria no coinciden con los datos de la OCDE ni de la propia CRUE. Añaden los rectores que los países europeos hacen un esfuerzo mayor que el Gobierno de Rajoy en financiación pública, becas y ayudas, para sus universidades.

El modelo educativo universitario lo deben debatir todos los ciudadanos, partidos políticos, etcétera. Queremos un modelo –el que impera en la mayor parte de los estados de la UE– que considera que la educación universitaria es un beneficio individual, pero, sobre todo, de la colectividad y de la sociedad. O, si se quiere otro modelo más de acuerdo con los EE UU y los países anglosajones, habría que aumentar la política de becas y ayudas –la mayor retornable– para preservar la igualdad de oportunidades.

A Gomendio se le vio el plumero y algo más, porque se decantó por este último modelo anglosajón, pero sin becas ni ayudas. Según ella, sólo podrá estudiar educación superior quien la pueda pagar, o sea, una élite de alumnos con padres ricos, para que no le cueste nada al Estado, o sólo con una financiación muy reducida.

Claro que la educación no es gratuita, señora Gomendio, como tampoco lo son la sanidad ni las prestaciones sociales. Pero, si liquidamos a enfermos y a jubilados, a parados y a excluidos sociales del sistema, todo será más barato para las arcas del Estado neoliberal. Y usted, como afirman sus críticos, quiere defender una eutanasia educativa, para que sólo puedan estudiar y tengan oportunidades de buenos empleos aquellos alumnos que dispongan de cifras notables en sus cuentas corrientes o en las de sus papás. Usted quiere imponernos una forma de nazismo universitario, como le reprochan muchos educadores.

Esa pareja tan feliz, Wert y Gomendio, o Gomendio y Wert, toma decisiones y reformas en Educación sin consenso de padres, alumnos, partidos políticos, sindicatos o sociedad civil. Nos están llevando a tener unas universidades públicas pauperizadas, que acabarán convertidas en la segunda división de la educación superior.

Gomendio y Wert entienden la educación superior desde una perspectiva economista neoconservadora sobre espacios públicos. Sin embargo, las escuelas, los institutos y las universidades son espacios de formación. Y al igual que ocurre en los medios de comunicación, sólo son libres cuando no dependen de intereses económicos e ideológicos privados y cuando el Estado no interviene en ellos y garantiza la libertad de expresión y educación.

Los ciudadanos, algunos partidos políticos, sindicalistas y un montón de universitarios, hemos vuelto a las calles para defender la educación pública, recogiendo la antorcha de todos aquellos que se activaron contra el plan “Bolonia” y contra el desmantelamiento de la educación pública por parte del PP.

Como remate de esta infeliz historia, el gobierno pepero de Rajoy, con Wert y Gomendio, decreta el intrusismo del nuevo currículo con religión y moral católicas en la enseñanza primaria y secundaria. El temario propone, por ejemplo, que nuestros niños y niñas deban comprender obligatoriamente el origen divino del Cosmos, entre otras santas cosas.

Ángel Lozano Heras

Profesor y escritor