Impotencia ante la Administración
Se ha consumado un atraco, a tres meses de unas elecciones municipales. Pero da igual, en la Cuenca, pase lo que pase, van a seguir.
El siniestro ha tenido lugar ayer, en la sede del Conservatorio Profesional de Sama de Langreo. Era la segunda prueba (impartir una clase) para dirimir una plaza de profesora de flauta travesera. La primera (defensa de la programación) fue el martes pasado y ya se intuía este final, pero no por sabido deja de enojar.
Ha sido la candidata oficial, la actual profesora interina de flauta del conservatorio, la única que ha "superado el proceso".
Pero queda el consuelo de que el resto de opositores no se lo han puesto fácil, para su propia vergüenza. Enhorabuena chicos: ¡de vosotros sí es el verdadero mérito!
La prueba fue convocada por la Mancomunidad del Valle del Nalón en 2011 y, en la primera fase (concurso), sólo se consideraban en un principio los méritos de la docencia en el Conservatorio de Sama (¡estaba claro que la plaza iba dirigida a ella!). Esta primera arbitrariedad quedó solucionada tras anular los tribunales de justicia (como es lógico) esta discriminatoria prueba, ya que solamente la candidata oficial cumplía este requisito. Es como si los demás partieran con un “handicap” del 50%.
Pero la continuación, cuatro años más tarde, y sin los dichosos méritos no ha sido menos arbitraria: mientras se estaba constituyendo el tribunal, la candidata oficial preparaba el equipo informático del conservatorio para la presentación de la programación, a pesar de que las bases indicaban "defensa oral". Al resto de opositores no se le ofrecieron estos medios. Pero había una esperanza: la sesión pública permitió comprobar la penosa defensa que hizo de su programación. Mejor dicho, nula defensa, ya que se concentró en indicar y comentar citas de flautistas y pedagogos famosos.
Estaba claro que no la podían eliminar, así que el tribunal, saltándose las propias normas específicas de la convocatoria que indicaban que las dos pruebas de la fase oposición eran eliminatorias, consideró las dos pruebas como una sola y decidió calificar sólo al final de la segunda. Se intuía lo que iba a venir después.
A pesar de que entre la primera y la segunda prueba hubo tres reclamaciones a esta batería de irregularidades, el tribunal, pasando por encima de ellas, decide que la segunda prueba no sea pública. Estaba claro: estaba a punto de producirse el pucherazo. ¡Ni el CSI-F, acostumbrado a ver tantas arbitrariedades, podía creer lo que estaba pasando!
Doña Amparo Antuña, directora del Conservatorio, hablaba en LA NUEVA ESPAÑA, el mismísimo día 3 de marzo, de “escrupulosidad extrema”, “no hay ninguna irregularidad”. Perdone, señora directora, pero hasta el mismísimo Pinocho parece más creíble.
Y el pucherazo ocurrió. ¡El secretario del tribunal, nombrado por la Mancomunidad del Valle del Nalón, proclama a la candidata oficial como la única que supera la fase de oposición! (Por cierto, ¡vaya papelón el de los miembros del tribunal!).
El tiempo, como otras muchas veces, echará tierra encima y esto quedará únicamente como un recuerdo (un mal recuerdo) de unos opositores (y en la hemeroteca de la Nueva España, si publica esta modesta carta) a los que se ha privado, de la forma más indignante, de optar en igualdad de oportunidades a un puesto de trabajo.
¿Igualdad de oportunidades? ¡Qué bien suena y qué poco se aplica!
A la Mancomunidad, a la señora directora del Conservatorio del Valle del Nalón, a los señores y señoras del tribunal les digo: ¡allá ustedes con su conciencia!
Ahora tienen tres meses por delante para proclamar transparencia, regeneración, igualdad de oportunidades, limpieza democrática, etcétera (yo hace tiempo que dejé de creer en ello).
Ah, lo cortés no quita lo valiente: felicidades a la opositora ganadora, a pesar de tan “amarga victoria”.
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