Gelinos, añorada en La Corredoria
Quizá debamos estar menos pendientes de la apariencia y abrir más el corazón.
Quizá debamos disfrutar más de cada instante y compartir el tiempo con los que amamos.
Al nombrar los nombres de los más sinceros amigos que han pasado por cada una de las etapas de mi vida, y especialmente de estos últimos diecisiete años, me viene el de Gelinos, compañera inseparable en la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria.
Hay nombres que se hallan lejos de mi vida, que estuvieron y ya no sé dónde se encuentran, otros a los que no veo ya con frecuencia y otros a los que veo diariamente.
Gelinos es el nombre que llevo siempre en mi mente, es la amiga que con tan sólo una palabra te da aliento del bueno, y que con una sonrisa te presta su hombro para que te sostengas.
Porque, definitivamente, la amistad va más allá de un momento grato; la amistad es el sentir de lo que padece la otra persona. La esencia de la amistad es el apoyo incondicional, aceptando los defectos y realzando las virtudes de cada ser humano.
Gracias, Gelinos, porque de ti hemos aprendido mucho tus compañeras de la Asociación de Mujeres de La Corredoria a la que tanto de tu tiempo has dedicado y de la que te sentías orgullosa de pertenecer. Eres –eras, hay que cambiar ya el tiempo del verbo– el motor de la asociación, el torbellino de ideas, tanto de días durante las reuniones de la junta directiva como en este último año por tu enfermedad de noche, según decías porque no podías dormir, y te asaltaban las ideas y las ponías en papel, en tu cuaderno de hule negro, para que no se olvidaran.
Gelinos, ya no puedes acudir a los «Baños de ola», la gran idea que tuviste y que organizamos cada primera semana de septiembre, llueva o no (para eso hicimos nuestros paraguas), y no podrás estrenar el traje de baño «de época», con sombrilla, que con tanta ilusión hiciste para compartir con tu nieta Andrea y el grupo de bañistas, y así celebrar los quince años que llevamos haciéndolos.
Te echaremos en falta en nuestra asociación en todas las actividades en que desarrollabas tu ingenio y sabiduría. Notaremos tu ausencia en nuestra cabalgata de Reyes, en la confección de los dulces dedos de San Juan, de los que eras autora. En la fiesta del Día de la Mujer que tantos 8 de Marzo celebrábamos en el Cortijo, en las muestras de artesanía, y en tantas otras cosas. Pero siempre estarás en nuestros corazones.
Sábado, 22 de agosto 2009, día en que nos dejaste solos.
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