Asturias es un paraíso cultural
“Asturias es un paraíso natural”. Es lo primero que puede leer un turista sobre la región, y esta definición es absolutamente justa. Por un lado, praderas de color esmeralda, montañas con sus cumbres nevadas, playas, acantilados, rías... Se puede nombrar sin fin lo que caracteriza los espectaculares paisajes asturianos. Pero amí me gustaría añadir a la frase del paraíso la palabra “cultural” e incluso ponerla delante de “natural”. Yo podría comparar Asturias con un inapreciable cuadro de famoso pintor, incrustado en un bonito marco. Este marco, como la misma pintura, constituye una obra del arte y, además, lleva varias joyas, que suben su precio casi hasta el del mismo cuadro. Pero lo principal sigue siendo la pintura, con la idea del autor, con la historia, que él nos cuenta a través de su pincel. En esta comparación, el marco es el entorno natural y el cuadro es la cultura asturiana, con su rica historia, tradición, un ámbito especial que existe sólo aquí.
Asturias guarda los vestigios de muchos siglos de su historia. Las imágenes del arte rupestre, los mosaicos romanos, las magníficas iglesias medievales, los castillos y palacios. Todo esto constituye un gran interés para los turistas y un merecido orgullo de los asturianos. Es verdad que existe una importante causa para estar orgullosos: Asturias era la única parte de España, que en los siglos de dominio musulmán en la Península Ibérica seguía siendo invicta, resistía su libertad, su fe cristiana y se convirtió en la cuna de la Reconquista. De estos tiempos lejanos nos queda un extraordinario fenómeno asturiano: su arte prerrománico.
Y si recordamos las tradiciones populares, las fiestas, la música y el baile y, por cierto, la gastronomía típica regional...resulta que el eslogan turístico desde el principio nos desorienta un poco. Si preguntamos a cualquier persona fuera de Asturias acerca de la imagen que tiene el Principado, seguramente contestará: la naturaleza. ¿Por qué? Por el eslogan. Para mí, enamorada de Asturias, suena injusto. Por eso enseguida comienzo a contar la ruta del románico y mis capiteles preferidos de San Pedro de Villanueva, la ruta de los palacios de Siero con la magnífica fachada barroca del Palacio de Argüelles en Lavandera, la ruta de monasterios en Tineo, cuántos enigmas e historias deben de guardar las ruinas del convento de Obona...
Se puede seguir sin fin, incluso sin mencionar las joyas principales conocidas no sólo fuera del Principado sino también fuera de España: el prerrománico, la Cámara Santa, la Catedral, el Apostolado de El Greco.
¡Yo por mi parte utilizaré todos mis conocimientos para convencer a los turistas, posibles y reales, de que Asturias es un paraíso cultural, que se puede descubrir años y años, visita tras visita!
Tatiana Vyazova
Casa de las lenguas de la Universidad de Oviedo
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