No pude llenar ese vacío
Hace más de cuarenta años que familiares y amigos tuvimos que aprender a vivir sin José Ramón Fuente y Germán Trabanco, de Limanes. Fue terriblemente doloroso aquel accidente que se llevó estas jóvenes vidas. Eran sencillos, buenos y querían a sus familias y amigos. La última vez que hablé con los dos fue por teléfono. Los tres nos reíamos y sentíamos que nos queríamos. Con José Ramón, la última vez, fue para decirme, entre otras cosas, que se iba para el servicio militar. Lo demás es nuestro y pertenece a nuestros sentimientos, pero nunca olvidaré nuestra conversación. Qué poco imaginaba que sería la última. Nunca os olvidaré: estáis en mi alma y nunca he podido llenar el terrible vacío que habéis dejado en mi vida. En estas líneas, que pretendo que sean sencillas, un abrazo para las familias. En especial para la madre de Ramón, a la que él quería con locura... Deciros que allá donde estéis os llevo en mi corazón y que mi vida, sin vosotros, ha sido, y es, muy triste; pero que soy feliz por haberos conocido. Y Ramón ha sido lo mejor que me ha pasado... Algún día volveremos a encontrarnos. Hasta entonces os seguiré recordando.
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