¿Un modelo a seguir?
Si hay algo que me inquieta mucho es nuestro modelo de convivencia: no me cabe duda de que todos y cada uno de los individuos que habitamos en el mundo formamos parte de este conjunto global al que llamamos sociedad y que ésta, a su vez, es la que promueve todos los cambios que vamos experimentando en todos los aspectos. Como ya he mencionado en cartas que he escrito anteriormente en este periódico (y desde mi punto de vista), la educación es una base fundamental para nuestro gran grupo, ya no sólo en lo referente al campo profesional, sino también en el ámbito personal: soy consciente de los cambios desafortunadamente degradantes que se están sufriendo en nuestro país a día de hoy, y no puedo evitar preocuparme, porque temo que algo tan importante para nosotros vaya adquiriendo menor relevancia, hasta el punto de que desaparezca y nos convirtamos en ciudadanos crueles, ignorantes e incivilizados.
Dentro de los conflictos que podemos tener, uno de los que más me alarman es el acoso, especialmente el escolar: uno de los problemas más serios que pueden tener lugar en nuestra convivencia durante el día a día, pero que, desgraciadamente, aún pasa inadvertido a los ojos de muchas personas y es salvajemente ignorado por otras. He de decir que me alivia que cada vez se esté tratando de dar más información acerca del tema, pero también debo decir que, por desgracia, todavía hay casos que no se han resuelto de forma justa en el momento oportuno, y esto, lamentablemente, ha sido fruto de una negligencia notoria. Hay algunos centros educativos cuya buena conducta brilla por su ausencia, que en lugar de hacer todo lo posible por resolver el conflicto lo eluden con patéticas excusas, como que son cosas de críos: no se enfrentan al problema, huyen de él con tal de no verse implicados, comportamiento que resulta, a mi juicio, totalmente cobarde y en absoluto inteligente.
Éste es sólo uno de los muchos ejemplos que reflejan la falta de inteligencia emocional que abunda en nuestra sociedad. En mi opinión, nuestra educación debería estar enfocada en ciertos valores, como la empatía y el respeto: creo que un sistema educativo basado en estos valores contribuiría a una mayor comprensión y tolerancia hacia los demás por nuestra parte. Tal y como ha manifestado recientemente Stephen Hawking en el Museo de Ciencia de Londres: "El defecto humano que más me gustaría corregir es la agresión. Pudo haber tenido una ventaja de supervivencia en los días del hombre de las cavernas, para obtener más alimentos, territorio o una pareja con la que reproducirse, pero ahora amenaza con destruirnos a todos. Una gran guerra nuclear podría ser el fin de la civilización y posiblemente el fin de la especie humana. La cualidad que más me gustaría potenciar es la empatía. Nos reúne en un estado de paz y amor".
Todo esto forma parte de un factor también clave para todos y cada uno de nosotros, ya que los seres humanos somos individuos sociables: las habilidades sociales. Opino que desarrollar dichas habilidades es muy importante, ya que es la clave para nuestro entendimiento, y me gustaría que la sociedad del futuro tomase este camino; de hecho, yo creo que es posible, pero sólo si todos aportamos nuestro granito de arena, especialmente los adultos: las generaciones venideras son un reflejo de las anteriores, por ello debemos hacer todo lo posible por ser un buen ejemplo a seguir. Sólo con eso conseguiremos que la sociedad actual avance de forma positiva. Si las nuevas tecnologías pueden progresar, ¿por qué no las personas?
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