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¡A más Administración, más corrupción!

22 de Marzo del 2015 - Justo Roldan (Oviedo)

Si algo se puede sacar en limpio de toda la corrupción que se ha destapado en España de cuatro años para acá, es lo que demuestra que las medidas de quienes pretenden luchar contra ella sólo con un mayor aumento de lo “público” en detrimento de lo “privado”, no sólo es inútil, sino que aumenta el “caldo de cultivo” que propicia más de lo mismo. Y esto es fácilmente deducible, con sólo repasar nuestra historia reciente.

Antes de nada, hay que decir que el mayor control “público” no garantiza una mayor transparencia respecto al sector privado, ya que este último se debe y debe justificarse ante los accionistas o inversores. Mientras que el dinero público, han dicho algunos célebres políticos, no es de nadie, es el del erario público. O sea: de todos los españoles. Las justificaciones y las responsabilidades no son sobre el “ciudadano”, sino sobre los diferentes “políticos” –con sus respectivos partidos o sindicatos– que componen los consejos de administración.

Recordemos: ¿No han sido las cajas de ahorros, que eran las más “controladas” por partidos y sindicatos, las que primero han sido objeto de un expolio sin precedentes? ¿No han sido, igualmente, las instituciones más o menos públicas o más o menos controladas por las organizaciones políticas las que también han sido objeto de prevaricación, enchufismo, amiguismo, corrupción, y malversación? Ejemplos todos conocemos, desde los ERE de Andalucía al tres por ciento del barrio del Carmelo en Cataluña, a los fondos mineros en Asturias o la “fortuna” de los Pujol, y así un largo etcétera.

La proporción de casos descubiertos de fraude a todos los niveles ha sido mayoritaria en organismos públicos que tenían un supuesto control por parte de las organizaciones políticas o sindicales. Sin mencionar otras instituciones, como ayuntamientos, diputaciones, ministerios y hasta ministros o presidentes autonómicos.

Una mayor presencia del “Estado” en la gestión, dirección, organización y funcionamiento de los sectores productivos, asistenciales o educativos de un país (en este caso, de España) que llegue a ahogar la iniciativa individual o asociada o la posibilidad de creación de empresas, hospitales, universidades o colegios, no garantiza nada; ni la equidad, ni la igualdad, ni la eficiencia, ni la libertad. Reitero los hechos: desde la llegada de la democracia (y, con ella, la aparición de más “Estado” y de un aparente control por parte de usuarios y/o representantes ciudadanos y de una, a veces, preocupante intervención pública) no se ha generado más que lo que llevamos recogiendo –como he dicho al principio– desde hace cuatro años, no antes: una corrupción sin control.

No valen, por tanto, las “nuevas” recetas –o extremadas recetas– por parte de los partidos “intervencionistas” que, en aras a una “idílica” defensa del ciudadano, creen (o no creen, pero les interesa) que haciendo mayor al “Estado” no existirán o serán mínimas las posibilidades de corrupción. Pero eso ya ha demostrado que genera todo lo contrario de lo que se pretende: más amiguismo, más clientelismo, más desigualdad, más adoctrinamiento y una disminución peligrosa de la libertad individual y colectiva. Por ello, ojo a los “salvadores” populacheros. Ojo a los que sólo los guía el revanchismo o la venganza. Y cuidémonos de no retroceder en la historia a 1918 o a 1931, que es mucho más fácil de lo que algunos se creen.

No valen, por tanto, las "nuevas" recetas -o extremadas recetas- que por parte de los partidos "intervencionistas", que en aras a una "idílica" defensa del ciudadano, cuando creen ( o no lo creen, pero les interesa ) que haciendo mayor al "estado", no existirán, o serán mínimas, las posibilidades, de corrupción. Pero eso,ya está demostrado que genera todo lo contrario de lo que se pretende..Mas amiguismo, mas clientelísmo, mas desigualdad, más adoctrinamiento, y una disminución peligrosa de la libertad individual y colectiva. Por ello, ojo a los "salvadores" populacheros...Ojo, a los que solo les guía el revanchismo, o la venganza.. Y cuidémonos de no retroceder en la historia a 1918 o a 1931, que es mucho más fácil de lo que algunos se creen.

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