Claves para ser un padre 10, de la 'P' a la 'E'
Nadie dijo que fuera fácil, es más, se suele decir que es una tarea tan complicada como gratificante. Ser padre acarrea un desgaste físico, mental y emocional contrarrestado, lógicamente, por la satisfacción de tener uno o varios hijos y formar una familia. Hoy, coincidiendo con la celebración del día de San José, he querido dedicarles a ellos -los padres- unas líneas sin olvidarme, por supuesto, de felicitar a todos los Josés, Pepes, Josefas y Josefinas.
La perfección o bien no existe o es muy difícil de alcanzar. De todos es conocido el dicho que subraya que "la experiencia es un grado" y en eso de ser padre, se me antoja fundamental para compatibilizar mejor las múltiples labores que le va encomendando la vida. Siempre he defendido que los años no deben suponer una pesada mochila sino un trampolín para impulsarnos en aquellos nuevos retos que nos propongamos. Por eso he aprovechado el día de San José para compartir unas claves psicoestéticas básicas que contribuyan a que esos padres se mantengan de '10'.
• Peinado. El cabello, con su corte y su peinado, es el factor más revelador de una personalidad. Así lo subrayo en mi libro 'Cómo triunfar en la era de la imagen. Claves psicoestéticas para el siglo XXI', editado por Ediciones Nobel. Los nuevos hábitos de vida, es decir, el estrés, la ansiedad y dietas pobres en determinados nutrientes debilitan el pelo. Además de cuidar la alimentación, es fundamental aplicar un champú adecuado a las características de cada persona y dejarse aconsejar por un experto a la hora de apostar por un determinado corte o peinado. Puede ser clásico pero a la vez actualizado.
Subtítulo: Algunas claves psicoestéticas
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• Afeitado. Ya saben que la barba está de moda. Cada vez son más los hombres que apuestan por ese estilo y algunos caen en el error de descuidarla provocando una imagen desaliñada y poco agradable. Llevar un buen afeitado siempre es sinónimo de salud y elegancia. La falta de tiempo para dedicarle el mimo que merece el pelo de la cara es la peor de las excusas. Siempre hay un momento para hacer que el rostro luzca en todo su esplendor.
• Dicción. Cuidar el lenguaje y la forma de expresarse, tanto oral como escrita, también forma parte de la belleza personal de una persona. Ni que decir tiene que los buenos modales hay que llevarlos por bandera en el día a día y más aún, los padres, esos a los que se les presupone que deben predicar con el ejemplo ante sus hijos. Muchas veces me habrán leído que no hay belleza posible sin la ayuda de las cuerdas vocales.
• Ropa. El cuidado de la indumentaria es fundamental para transmitir confianza. La psicoestética es la ciencia que se ocupa de coordinar los diferentes aspectos de la moda: vestido, calzado, peluquería, adornos... de ahí que pongamos el foco en la ropa. Elegir unas prendas adecuadas a la percha del hombre potenciará su presencia, dinamismo, seguridad y le darán ese aire de modernidad tan necesario en pleno siglo XXI.
• Expresión. Todo lo que hacemos debe estar impregnado de entusiasmo, una cualidad que se denota en el rostro de cualquier persona. De nada serviría conjugar a la perfección los otros aspectos señalados si dejamos de lado la expresión. Ya se sabe que no hay belleza exterior sin armonía interior y que la belleza no se materializa únicamente en un determinado tipo de cuerpo o en unas especiales facciones. Para que se pueda producir reclama también vivacidad intelectiva reflejada en el semblante.
Atendiendo a estos cuidados personales y compaginándolos con la compañía, la paciencia y el cariño estoy convencido de que juntos conforman un padre 10. Permítanme un consejo: denle a su edad un tono psicoestético y transformará su ritmo cronológico. ¡Felicidades a todos y enhorabuena a quienes cumplís con estas facetas!
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